[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Altos funcionarios estadounidenses, japoneses y surcoreanos se reunirán mañana en Washington para tratar de armonizar sus posiciones sobre Corea del Norte y desactivar la crisis provocada por el reinicio del programa nuclear de Pyongyang. El subsecretario de Estado estadounidense, James Kelly, recibirá al vicecanciller surcoreano, Lee Tae Shik, y al funcionario de la cancillería japonesa Mitoji Yabunaka, para conversaciones que comenzarán por consultas bilaterales antes de un encuentro entre los tres y un comunicado conjunto esperado para el martes. Las conversaciones se realizan con el antecedente de que Washington rechazó el viernes la propuesta norcoreana de un pacto de no agresión y declaró que Pyongyang debe renunciar a su programa nuclear para desactivar la crisis.
Los tres funcionarios –a pesar de subrayar la necesidad de trabajar en conjunto en el tema planteado por Corea del Norte– tendrán dificultades para llegar a una conclusión común. Japón, y particularmente Estados Unidos y Corea del Sur, deben aproximar sus posiciones abiertamente divergentes sobre la forma de actuar ante Corea del Norte. El gobierno de George W. Bush se esforzó por persuadir a sus aliados, así como a Rusia y a China, de aumentar la presión sobre Pyongyang para convencerlo de renunciar a su programa nuclear. Estados Unidos se niega a discutir o negociar con Corea del Norte hasta que no detenga su programa para producir plutonio de usos militares, por considerar que equivaldría a aceptar un chantaje nuclear. En cambio, Corea del Sur considera que la actitud intransigente de Washington en estos últimos dos años es determinante del fracaso de su propia política de apertura hacia Pyongyang y afirma que la presión no obtendrá resultados positivos.
Consejeros del presidente electo surcoreano Roh Moo-hyun indicaron que su país prepara un acuerdo entre Pyongyang y Washington que será discutido en el encuentro del lunes y martes. Por su parte, Japón llegará a las discusiones con una línea mucho más dura y pretende sanciones a Corea del Norte, incluyendo una suspensión de los intercambios comerciales y las transferencias de dinero.