EL MUNDO › HABLAN DOS ARGENTINAS EN LA CIUDAD DEL ATENTADO
“No tengo miedo como en casa”
Por Mercedes López San Miguel
Dos mujeres argentinas becadas por el gobierno de Israel estaban a seis cuadras del lugar donde ayer ocurrió el atentado suicida en Haifa: la administradora de empresas Celia Macías y la profesora de Química Susana Perucca. Se enteraron de la noticia en medio del dictado de clases del curso al que asisten hasta fin de marzo sobre sistema de apoyo a microempresas en el Centro Mashav. Ambas profesionales dialogaron con Página/12 sobre sus vivencias allá, en el epicentro de la violencia y en el marco general de preguerra.
–¿Cómo vivieron la noticia de un nuevo atentado suicida?
Celia: Nos enteramos cuando estábamos en clase. Pero en este recinto no tuvimos mucha información. Nosotras, como habitualmente hace la gente en Israel, continuamos con nuestras actividades.
Susana: A mí me molesta que sucedan este tipo de ataques.
–¿Qué opinan de la situación de recurrente violencia?
C.M.: La consigna es seguir adelante, a pesar de todo. Como dije, la filosofía es continuar desarrollando las capacidades. Yo creo que los que atacan no se dan cuenta de que se perjudican también, porque va en detrimento de la inversión y el trabajo en la región, tanto para judíos como palestinos.
S.P.: Acá, en suelo israelí, se vive paradójicamente un ambiente de paz. Yo tengo rasgos árabes, porque desciendo de libaneses, y sin embargo, la atención es perfecta. Quiero decir, no tuve ningún inconveniente. Esta es mi primera visita a Israel. El tema es cómo llega la noticia. A mi madre tuve que llamarla y tranquilizarla, porque ella ni bien se enteró me preguntó “¿Se vuelven?”.
–Después del curso, ¿regresan a Argentina por inseguridad?
C.M.: Me voy a quedar unos días más, tengo familia en Israel.
S.P.: Yo vuelvo no por temor, sino porque quiero llevar a mi país, a San Rafael (Mendoza), donde trabajo, todo lo que recopilé de información sobre tecnología. Acá todos los días conocemos empresas, parques industriales, donde nos informan sobre emprendimientos, y quiero capitalizar eso con mis alumnos. Soy microempresaria.
–¿Tienen alguna sensación de temor?
C.M.: No tengo miedo físico, como me pasa en Buenos Aires con la inseguridad en la calle.
S.P.: No se ve ningún movimiento raro. En lo particular no tengo miedo, para nada. Yo viví la época del Proceso cuando era estudiante y entonces sí que sentía temor. El 20 de febrero llegué a Haifa y no he visto un arma.
–Siendo que últimamente los atentados suicidas son en colectivos, ¿qué les sucede al viajar en ese transporte?
C.M.: No me he movilizado en colectivo, sí en el metro, donde me encontré segura. En general, tomo taxis.
S.P.: Viajo en taxis, tomo colectivos; salgo a caminar como si nada. Estuve en estos días en la frontera con el Líbano y no sentí ningún clima de tensión. Vivo igual que en mi casa: con rejas por los robos.
–¿Cómo viven los preparativos de guerra en Irak, en términos de la posibilidad de ataques con armas bacteriológicas y químicas?
C.M.: Vine a concentrarme en mi formación, con la que pueda aportar algo a mi regreso. No obstante, temo por mi familia que vive acá, lógicamente.
S.P.: Sé que hay lugares donde podremos protegernos de esos ataques.