EL MUNDO
Venas aún abiertas
El Partido Comunista de Chile (PC) propuso ayer al gobierno que se promulgue una nueva Constitución en el marco de un proceso que incluya el final de la impunidad y el fortalecimiento de la Justicia para cerrar las heridas que quedan a casi 30 años del golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet. La propuesta fue hecha por la presidenta del PC, Gladys Marín, al entregar al mandatario Ricardo Lagos una carta que resume las iniciativas de su partido de cara a un proyecto que el gobierno presentará el próximo mes al Congreso para legislar en materia de detenidos desaparecidos durante la dictadura, que se extendió de 1973 a 1990. Marín comentó que la transición hacia la democracia en Chile se ha dificultado más que en otros países por las “trampas” que dejaron los militares, como la Constitución vigente desde 1980. Entre las normas constitucionales que rechaza la izquierda figuran la inamovilidad de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, el sistema electoral binominal y las figuras de los senadores designados e institucionales.
Según Marín, el paso necesario será que sectores comprometidos en la dictadura, como el castrense y la derecha política, admitan que las violaciones de los derechos humano fueron “terrorismo de Estado”.