EL MUNDO › LA CASA BLANCA ADMITE QUE DIVULGO DATOS FALSOS
El increíble señor presidente
La credibilidad de la administración de George W. Bush quedó seriamente cuestionada ayer, luego de que la Casa Blanca admitiera su error al acusar prematuramente a Irak de posesión de armas de destrucción masiva para justificar las operaciones militares para derrocar al régimen de Saddam Hussein. La presidencia admitió formalmente ayer por primera vez que Bush no debería haber afirmado en su discurso sobre el estado de la Unión en enero pasado que Irak había intentado adquirir uranio en Africa para reconstituir un programa nuclear militar.
“Ahora sabemos que los documentos que mencionaban una transacción entre Irak y Níger fueron falseados”, dijo un portavoz de la Casa Blanca encargado de la Seguridad Nacional, Michael Anton, aclarando que la presidencia no sabía que los documentos eran fraudulentos antes del discurso de Bush. Esas informaciones “no eran suficientemente detalladas o específicas para estar seguros de que dichos intentos tuvieron lugar”, señaló. “Por la falta de especificidad, esas informaciones no deberían haber sido incluidas en el discurso presidencial”, añadió. Este reconocimiento sacude seriamente las afirmaciones anteriores de responsables de la administración para justificar la guerra lanzada contra el régimen de Hussein en marzo.
“El gobierno británico averiguó que Saddam Hussein había buscado recientemente adquirir cantidades significativas de uranio en Africa”, había afirmado Bush en su discurso del 28 de enero, un texto sistemáticamente revisado por altos responsables de inteligencia estadounidenses. El Partido Demócrata fustigó ayer al equipo de gobierno y puso seriamente en cuestión su credibilidad. “Esta, bien podría ser la primera vez en la historia que un presidente engaña a sabiendas al pueblo estadounidense en el discurso sobre el estado de la Unión”, consideró el presidente del Partido Demócrata, Terry McAuliffe, en un comunicado. “O bien el presidente Bush utilizó en conocimiento de causa una información falsa en su discurso sobre el estado de la Unión, o bien altos responsables de la administración autorizaron el uso de dicha información. No fue, pues, un error”, insistió.
Un ex embajador estadounidense, Joseph Wilson, que había sido enviado por la CIA a Níger en 2002 para verificar la información sobre una compra de uranio a ese país por parte de Irak, retomó el tema en una columna publicada el domingo por el diario The New York Times. Wilson dijo que, durante ocho días, habló con docenas de personas en Níger y concluyó que “era altamente improbable que ese tipo de transacción se hubiera concretado”, según reveló en su nota titulada “Lo que no encontré en Africa”. “Aunque no entregué ningún informe escrito, debería haber al menos cuatro documentos en los archivos del gobierno de Estados Unidos que confirman mi misión”, dijo. Según The New York Times, la Casa Blanca no tuvo en cuenta las advertencias del diplomático.