EL PAíS
Carrió presentó a sus candidatos bonaerenses Maffei y Raimundi
La titular de Ctera explicó su decisión de aceptar la candidatura a diputada. “Tengo un inmenso respeto por Lilita, es una mujer de coraje que ha luchado contra los prejuicios”, señaló.
Por José Natanson
“Es la mujer con mayor autoridad moral de la Argentina en el campo social”, dijo Elisa Carrió en la presentación de la candidata a diputada del ARI, Marta Maffei, en una jugada con la que aspira a potenciar la oferta de su partido en la provincia de Buenos Aires. Fue ayer, en un sobrio acto en un hotel porteño en el que también debutó el candidato a gobernador, Carlos Raimundi.
El discurso de Carrió fue breve. Alcanzó, apenas, para expresar la “gran alegría” que le produjo la decisión de la líder de Ctera de aceptar la oferta. Después habló Maffei, que explicó los motivos por los que, luego de varios ofrecimientos, aceptó lanzarse a la política. “Tengo un inmenso respeto por el ARI y por Lilita. Ella ha luchado contra los prejuicios. Es una mujer de coraje, que demostró que se puede construir política de otra forma”, aseguró.
Con la voz calma, sin los cambios de tono típicos de los discursos políticos, Maffei recordó su trayectoria en el sindicalismo y la CTA. “Convivimos compañeros con diferentes visiones. Algunos piensan que hay que construir un partido propio, otros creen que hay que esperar cuatro o cinco años, pero yo creo que no se puede esperar”, señaló, en referencia a la curiosa situación de la CTA en Buenos Aires: Maffei deberá competir con otros integrantes de la Central, como Luis D’Elía (candidato a gobernador) y Ariel Basteiro (candidato a vice del socialismo).
Finalmente, la docente llamó a unificar “el campo popular” y planteó un camino de largo plazo. “Algunos dicen que Solá puede ganar. No es lo mismo ganar que construir una fuerza popular. Nosotros estamos dispuestos a construir esa herramienta”, concluyó, y la platea estalló en aplausos.
Sentada a su lado, Carrió parecía contenta. Logró sumar a una dirigente conocida y prestigiosa, de trayectoria intachable, que le permitirá compensar la debilidad relativa del resto de sus candidatos: aunque respetables, ninguno tiene el nivel de conocimiento ni la intención de voto como para pelear de igual a igual con Solá, Aldo Rico o Luis Patti.
Además, una vez instalada en el Congreso, Maffei contribuirá a llenar el enorme vacío político que dejará Carrió, que decidió no renovar su banca de diputada para permitir el crecimiento de otras figuras. Finalmente, la presencia de Maffei permitiría fortalecer los lazos con la CTA.
Claro que aún hay temas por definir. Ayer, en el salón del Hotel Regente –decorado al estilo setentista, con helechos, espejos y hasta una cascada–, el diputado Eduardo Macaluse, encargado de la campaña bonaerense, explicaba que todavía no está definido quién acompañará a Raimundi en la boleta. En un principio se habló de Moisés Fontella, del Frente para el Cambio, pero las negociaciones todavía están en veremos. La lista de diputados tampoco está cerrada, aunque ayer se comentaba que, luego de Maffei, se ubicarían Graciela Ocaña, Macaluse, Adrián Pérez, Elsa Quiroz y Gustavo Cardesa.
La última cuestión tiene que ver con los roles de cada uno. Según explicaban ayer en el ARI, la idea es que Maffei ocupe un lugar similar al de Carrió: sobrevolar la coyuntura, ignorar a sus rivales y hablar de los grandes problemas, mientras que las propuestas más técnicas y las críticas más directas quedarán para Raimundi, que ayer lució cómodo en su flamante rol de francotirador.
“El gobernador se sitúa en el lugar del aire fresco contra las opciones autoritarias, pero es falso: no se puede representar la renovación con el aparato duhaldista”, cuestionó el candidato. Después recordó que Solá fue vicegobernador de Carlos Ruckauf cuando Rico era ministro de Seguridad. Y finalmente agregó una referencia al drama de la inseguridad. “Los desarmaderos de Lanús no se van a terminar hasta que no se termine el poder de (Manuel) Quindimil. Esto significa que Solá puede hacer muchas propuestas y muchos operativos, pero el problema central es político. No se puede cambiar la provincia si no se acaba con las mafias”, concluyó.