Jueves, 17 de octubre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › EL COSTO DEL CIERRE DEL GOBIERNO Y EL COQUETEO CON EL DEFAULT
Para Washington, el shutdown significó que su Producto Bruto Interno (PBI) sufriera un grave daño, que oscila entre un mínimo del 0,1 por ciento y un 0,5 por ciento en el peor de los casos. Si hay default sube la tasa de interés.
Obama el lunes pasado, en una actividad de voluntariado en una olla popular junto a empleados federales.Si no se llega a un acuerdo entre republicanos y demócratas para elevar el techo de la deuda, Estados Unidos irá a la quiebra. El costo de las dos semanas de cierre pasó factura al país y al resto de las economías mundiales. Para Washington, el shutdown o cierre significó que su Producto Bruto Interno (PBI) sufriera un grave daño que oscila entre un mínimo del 0,1 por ciento y un 0,5 por ciento en el peor de los casos. “El aplazamiento de un aumento del techo de la deuda hasta el último minuto es exactamente lo que no necesita nuestra economía, una herida autoinfligida que daña a las familias y a las empresas”, había expresado el secretario del Tesoro, Jacob Lew, luego de producido el cierre de la administración pública.
La fortaleza de la primera economía del mundo está en juego ya que, como China, está dando señales de crecimiento lento. En un informe reciente, el FMI alertó que la recuperación continúa, pero con demasiada lentitud, y consideró que los países desarrollados se estaban fortaleciendo gradualmente mientras que el crecimiento de los mercados emergentes se estaba desacelerando.
El cierre de la administración pública no sólo puso en evidencia la batalla política en Washington, sino que originó dudas e incertidumbre en los mercados, por lo que los inversionistas podrían mover sus fondos a mercados más seguros o menos riesgosos. El presidente Barack Obama pretende elevar el techo del endeudamiento interno para atraer inversiones que le permitan reactivar una economía golpeada desde la crisis de 2008. Sin recursos, el gobierno podría enfrentar moratorias de pago, lo que significa que no estará en condiciones de afrontar sus compromisos de deuda pactada. Las calificadoras de riesgo, como Moody’s y Standard & Poor’s, podrían disminuir su calificación sobre el desempeño de la economía norteamericana, lo que provocaría la fuga de capitales.
Las estimaciones de los expertos encendieron las alarmas de una recuperación algo inestable por episodios como el shutdown. Según los analistas del broker Alpari, un cierre del gobierno de tres semanas se puede llevar por delante un 0,5 por ciento el PIB del trimestre. Una cifra que coincide plenamente con la encuesta de Bloomberg entre economistas. Cada día con el gobierno cerrado le está costando a Estados Unidos un 0,02 por ciento del PIB, una cifra que podría ir creciendo en los últimos días al mismo ritmo que aumenta la incertidumbre sobre la decisión que tomará el Congreso.
Un posible default de pagos de Estados Unidos tendría consecuencias dramáticas en la economía mundial, advirtió este lunes el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn. “Es muy importante que Estados Unidos supere la parálisis presupuestaria”, dijo el funcionario al llegar a una reunión de ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona en Luxemburgo. “Si eso no sucede puede haber consecuencias dramáticas para la economía mundial y en la incipiente recuperación económica europea”, agregó.
El default, que en caso de concretarse sería inédito, podría ocasionar serias dificultades tanto en Estados Unidos como en muchos otros países. Entre las principales consecuencias podría producirse una suba de las tasas de interés, lo que provocaría un encarecimiento del crédito que afectaría a los millones de estadounidenses que están endeudados. Otro punto es la caída de las inversiones debido al alto riesgo que implica invertir en economía insolvente y también debido a las mayores tasas de interés para financiarse.
La caída del empleo es otra de las consecuencias de la quiebra, en un momento en que la Casa Blanca ha enunciado la lucha contra la desocupación como una de sus prioridades. Al subir las tasas y caer las inversiones, la actividad económica se resentiría y por lo tanto caería el nivel de empleo y la capacidad para producir nuevos puestos de trabajo.
Por otra parte, la debilidad de la economía norteamericana conllevaría a un debilitamiento del dólar, provocando una caída en su valor en comparación con otras monedas. Asimismo, el menor nivel de actividad económica disminuiría la demanda estadounidense de productos del exterior, lo cual impactaría negativamente en el comercio internacional.
Los principales potencias mundiales dueñas de enormes cantidades de deuda y acciones estadounidenses sufrirían pérdidas extraordinarias. China y Japón son los principales tenedores de deuda estadounidense y se verían seriamente afectados, lo que supondría un gran freno para el crecimiento mundial. El FMI cree que el cambio en las dinámicas de crecimiento de la economía mundial depende sobre todo de dos factores: la política monetaria de Estados Unidos y la evolución de la economía china, por lo que el default tendría consecuencias imprevisibles. Como se trata de una situación sin precedentes, el FMI reconoció que no puede predecir los efectos económicos, pero sí aseguró que si no hay acuerdo, donde ahora hay un crecimiento se verá recesión o algo peor.
Más allá de las pérdidas luego de dos semanas de cierre de la administración, que pueden ser revertidos si se levanta el shutdown, un default de la economía americana podría arrastrar al país a una nueva recesión y contagiar a los demás países. La situación podría llegar a ser más delicada que la que se generó hace dos años con la crisis de las hipotecas subprime, donde Estados Unidos vivió una situación similar que terminó provocando que por primera vez en la historia se le baje la calificación de riesgo a su deuda.
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