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Por Rodrigo Sosa *
Desde Madrid

Después de 11 años en el Parlamento israelí, tres de ellos como vicepresidenta, Naomi Chazan, de 56 años, se ha convertido en un referente de las políticas a favor de la paz en Oriente Medio. Chazan, miembro del Comité Ejecutivo del partido Meretz –izquierda–, ha dado clases en Toledo dentro del Proyecto de la Universidad de Oriente Medio –UME, en sus siglas en inglés–. Defensora de la Hoja de Ruta, es escéptica respecto a las posibilidades que ésta tiene de sortear los obstáculos que la esperan.
–¿Los desacuerdos en torno a la liberación de los prisioneros palestinos pueden poner en peligro a la Hoja de Ruta y a la tregua?
–La Hoja de Ruta es un documento muy importante porque es la primera vez que todos están de acuerdo, incluido Ariel Sharon, en un proyecto que implica oficialmente una solución con dos Estados. Es muy diferente de todo lo que hemos hecho, incluido Oslo. El problema es que su puesta en práctica es muy complicada, con muchos pasos que debe realizar cada parte. Israelíes y palestinos no han entendido aún que no pueden estar mirando por encima del hombro lo que está haciendo el otro, en vez de hacer lo que les toca. El asunto de los prisioneros palestinos es una prueba de esto. Se ha decidido liberar sólo a unos pocos cientos de los miles que hay. Esto crea muchas dificultades. Mahmud Abbas consiguió algo que nadie pensaba, que es la tregua. Pero cualquier violación puede hacerla colapsar, y creo que hay que ser escépticos.
–¿Piensa que Sharon está decidido a llevar adelante la Hoja de Ruta?
–Es necesario ponerse en su perspectiva, Sharon ha entendido que la alternativa a la Hoja de Ruta es la destrucción de Israel. Si no implementamos la solución de los dos Estados ahora, lo que resultará es un estado de semiapartheid inaceptable. Pensemos en Sudáfrica. Lo interesante es saber qué hizo a De Klerk (último presidente del apartheid) cambiar su forma de pensar, por qué decidió desmantelar el sistema. Nadie creía que De Klerk podría hacerlo. Nadie cree que Sharon puede hacerlo.
–Algunos analistas dicen que hay esperanzas si palestinos e israelíes están agotados por el conflicto. Después de 33 meses de Intifada, ¿se ha alcanzado el nivel de saturación?
–Todos están cansados, palestinos e israelíes. La gente ha bajado su nivel de tensión al día siguiente de la firma de la tregua. Se puede sentir la relajación en las calles. Ha bajado el nerviosismo, la gente sonríe. Pero el agotamiento también puede ser negativo. La evacuación de los territorios palestinos, la reinstalación en Israel de los colonos, requiere energía.

* De El País de Madrid, especial para Página/12.