Lunes, 14 de julio de 2014 | Hoy
EL MUNDO › MáS DE 4000 PALESTINOS FUERON A LAS INSTALACIONES DE LA ONU
Hombres, ancianos, mujeres y niños de Gaza, con semblante compungido, se subieron a primera hora de la mañana a cualquier vehículo que tenían a mano para dejar atrás sus hogares y poner a salvo sus vidas.
Más de 4000 palestinos buscaron ayer refugio en instalaciones de Naciones Unidas (ONU) después de que 45 personas perdieran la vida en la jornada más mortífera de la ofensiva israelí contra Gaza, y el ejército anunciara que bombardearía con intensidad el norte de la Franja. Hombres, ancianos, mujeres y niños, con semblante compungido, se subieron a primera hora de la mañana a cualquier vehículo que tenían a mano para dejar atrás sus hogares, llevándose pocas pertenencias. Burros, tractores, camiones, autos, cualquier medio era bueno para tratar de llegar a una de las ocho escuelas que la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (Unrwa) habilitó para acoger al flujo de desplazados. “La situación en Gaza continúa siendo devastadora e impredecible. Miles de aterrorizadas personas tratan de huir de los ataques y hallar refugio en instalaciones de la Unrwa”, explicó Chris Gunnes, vocero de agencia en el área.
“Hemos abierto ocho escuelas y sólo hoy cerca de 4000 personas han buscado refugio. El número está creciendo a lo largo del día”, agregó el portavoz. En la más grande de las escuelas, ubicada en Rimal, cerca de 200 familias buscaban un aula donde instalar un pequeño e improvisado campamento. Los más afortunados, que llegaron a primera hora, encontraron un rincón plagado de colchones, mudas de ropa, viandas, agua y en algunos casos hornillos para cocinar. Otros trataban de hacerse lugar entre las decenas de sillas y pupitres apilados en el pasillo, cansados por el calor y el ayuno del mes de Ramadán, y con la esperanza puesta en poder descansar una noche a salvo.
“No hay nada seguro en Gaza, sólo nos queda confiar en Alá. Esperemos que así sea”, sostuvo el responsable de la escuela, Akif Shalif, tras recordar que en 2009 hubo que lamentar un ataque israelí, sin víctimas, sobre otra institución educativa. “Las 28 escuelas de la Unrwa están completas. Y apenas tenemos sitio para acoger a tanta gente. Ni comida ni instalaciones suficientes”, explicó el director. “Esta escuela está abierta para todo el mundo, pero en particular para todo los que huyen del norte. Es la más grande, ahora habrá unas 1300 personas”, afirmó. Shalif insistió en que las escuelas son el lugar más seguro de Gaza, pero que ante la potencia y la intensidad de los bombardeos, “más fuertes de lo que habíamos visto nunca”, nada es suficiente.
El flujo de palestinos que abandonaron sus hogares estuvo impulsado además por el ataque que antenoche sufrió la casa de un funcionario de la Policía en Gaza, el más mortífero hasta la fecha, que dejó 21 muertos de una misma familia. “Es mentira, aquí no había nada relacionado con la resistencia. Era un simple policía”, explicó Ahmad, un joven de 21 años que vivía en un edificio aledaño. La mayor parte de las familias que ayer huyeron de Gaza procedían del norte, y en particular de la localidad de Beit Lahiya.
Según datos de la propia ONU, más de 150 edificios y viviendas particulares palestinas fueron bombardeadas durante esta tercera operación contra el movimiento islamista Hamas, desde que asumiera el control de Gaza en 2007. El gobierno israelí, por su parte, insiste en que se trata de instalaciones y centros de mando terroristas encubiertas y por eso las considera un objetivo legítimo de atacar. El ejército, en tanto, reitera que siempre avisa a sus habitantes y que incluso abortó decenas de misiones al comprobar que quedaba gente en las casas. Organizaciones de derechos humanos israelíes y la propia ONU recordaron a Israel que el bombardeo de viviendas atenta contra el derecho humanitario internacional y que debe minimizar los llamados “daños colaterales”.
De acuerdo con los datos del ejército, el 36 por ciento de los centenares de cohetes que lanzaron las milicias palestinas contra Israel fue disparado desde la zona septentrional de Gaza, y un 10 por ciento desde la citada localidad. Además, desde lanzaderas ocultas en la región septentrional de la Franja se dispararon, también, los proyectiles de mayor rango, capaces de alcanzar poblaciones situadas a más de un centenar de kilómetros, como Jerusalén.
Ayer mismo, las “Brigadas Azedam al Kasam”, brazo armado de Hamas, asumieron la autoría del lanzamiento de un cohete clase R-160 contra la ciudad de Haifa, al parecer interceptado por la defensa antimisiles israelí cerca de Hedera. El escudo Iron Dome (Cúpula de Hierro) interceptó también gran parte de los misiles lanzados contra localidades como Beersheva –la más poblada del sur de Israel–, Tel Aviv y los puertos de Ashdod y Ashkelon.
La prensa local publica ayer declaraciones del premier israelí Netanyahu sobre la operación militar: “No sabemos cuándo terminará, quizá lleve algún tiempo”. Una segunda fase que, en opinión de los expertos locales, incluiría bombardeos más intensos y específicos sobre ciertos objetivos seguidos por incursiones puntuales en Gaza.
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