El cura Jorge Hernández, que se encuentra en Palestina y por el que pidió seguridad la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, agradeció en una carta “la disposición, los esfuerzos diplomáticos y la ayuda monetaria brindados durante la guerra en la Franja de Gaza”. El escrito fue enviado a la Representación Argentina ante Palestina y explicó que “para la distribución de tal ayuda hemos privilegiado a nuestros discapacitados proveyéndoles de agua, un generador eléctrico, pañales, leche, alimentos”. Hernández está a cargo de la Iglesia de la Sagrada Familia, ubicada en Gaza. La Presidenta había enviado diez días atrás una carta en la que hacía responsable al Estado de Israel por lo que pudiera pasarle al párroco que se encontraba escondido en el subsuelo de la iglesia en resguardo de los bombardeos junto a 30 niños discapacitados, nueve ancianos y seis monjas, una preocupación que la jefa de Estado resaltó en discursos por cadena nacional y por las redes sociales como Twitter y Facebook. “También hemos provisto de alimentos básicos y agua a los más pobres entre los pobres de nuestra parroquia, gente que ha debido dejar todo y huir, gente que ha sufrido bombardeos directos, gente afectada por los bombardeos a sus vecinos”, agregó el cura.