En Argentina, el Grupo Santander está presente a través del Banco Santander Río. La familia Botín les compró la entidad a los Pérez Companc en 1997. El banco es el tercero más grande de Argentina, con depósitos de alrededor de 4800 millones de dólares y una cartera de préstamos de 3800 millones. De hecho, es el primer banco privado por volumen de activos y resultados: el primer semestre de este año el beneficio fue de 174 millones de dólares, con un aumento interanual del 29,6 por ciento. El corralito impuesto por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo en 2001 hizo que Ana Patricia Botín, que ahora sucederá a su padre, fuera llamada a declarar por la Justicia argentina junto a otros representantes locales de bancos extranjeros por la imposibilidad de retirar dinero de depósitos bancarios. Fue acaso éste el único traspié del grupo en el país.