El presidente estadounidense, Barack Obama, encabezó ayer los actos oficiales por el 13° aniversario de los atentados del 11 de septiembre del 2001, destacando el inminente fin de la guerra que su país inició en Afganistán tras los ataques. En un discurso frente al Pentágono, uno de los blancos de los atentados cometidos por Al Qaida con cuatro aviones de pasajeros, el mandatario no pasó por alto que a las 3000 personas que perdieron la vida en los ataques se agregan los más de 6800 estadounidenses muertos en las guerras derivadas de aquella tragedia. “Trece años después de que mentes llenas de odio conspiraran para quebrarnos, Estados Unidos se mantiene erguido y orgulloso y se sigue guiando por los valores que nos sostienen”, dijo Obama.