EL MUNDO › ARABIA SAUDITA RECHAZARA EL DERROCAMIENTO DE SADDAM
El ataque a Irak es un ya fue
Arabia Saudita va a entregar un mensaje sin compromisos al vicepresidente Dick Cheney: que se opone a atacar a Irak y que no cooperará en los esfuerzos militares para expulsar del poder a Saddam Hussein. La movida saudita, representativa de una enorme base de opinión árabe contra una guerra con Irak, será un golpe para Cheney, que está en una gira por Medio Oriente para reunir apoyo a la extensión de la “guerra contra el terrorismo”.
Diplomáticos occidentales habían esperado que los líderes árabes apoyaran más la iniciativa, al menos en privado. Uno predijo que cuatro de ellos daría un apoyo tácito al derrocamiento de Saddam si Estados Unidos podía garantizar que ocurriera fácilmente. El apoyo saudita fue vital en la guerra de 1991 para liberar a Kuwait de la ocupación iraquí, y el reino ha sido usado como una de varias bases para el patrullaje anglobritánico de la zona de exclusión aérea en el sur de Irak. Funcionarios británicos dijeron ayer que la posición del reino en el Medio Oriente sería insostenible si proveyera bases para que las aeronaves norteamericanas bombardeen a Irak. Pero su oposición a un asalto total contra Bagdad no estaría totalmente basada en estas susceptibilidades, sino en el temor de que echar a Saddam pueda resultar más difícil de lo que imagina Estados Unidos. Una fuente diplomática saudita dijo que alrededor de un millón de iraquíes son tan dependientes del futuro del régimen de Saddam que no cambiarán de bando con tanta presteza como los afganos, y pueden luchar hasta la muerte.
Arabia Saudita está mejor preparada para adoptar una posición de fuerza que Egipto, Jordania y Yemen, países árabes visitados previamente por Cheney que son todos fuertemente dependientes de la ayuda estadounidense.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, en sus conversaciones con Cheney el miércoles, prometió nuevos esfuerzos para persuadir a Irak que acepte a los inspectores de armas. El rey Abdulá de Jordania dijo tras reunirse con Cheney que esperaba “una solución a todos los problemas pendientes con Irak a través del diálogo y por medios pacíficos”. En Kuwait, donde muchos están agradecidos a Occidente por rescatar a su país de Saddam en 1991. hay más apoyo público para una acción militar, pero aún allí no se la ve como la mejor opción.