Los tentáculos de la dictadura militar argentina se extendieron a varios países del continente. Entre 1978 Y 1984, los genocidas Jorge Rafael Videla, Roberto Viola y Leopoldo Galtieri trasladaron a Centroamérica sus técnicas de exterminio, revelan documentos de esa cruzada anticomunista que incluyó tráfico de armas y drogas. El gobierno del fallecido Romeo Lucas García (1978-1982), cuya cúpula militar fue detenida ayer, acusada de crímenes de lesa humanidad, fue uno de los que más trabajó con la dictadura argentina para aplicar en terreno propio las técnicas de represión utilizadas en este país. La periodista María Seoane dio cuenta en un artículo publicado en el suplemento Ñ del diario Clarín en marzo del 2006 de una de las mayores operaciones secretas a escala continental de la dictadura. Su nombre fue Operación Centroamérica u Operación Charly, y se desplegó desde 1977 hasta 1984, después de que tuviera lugar la Guerra de Malvinas: el objetivo de este plan era exportar los métodos de inteligencia y las técnicas de la lucha contrainsurgente, que incluían la utilización de la tortura, el secuestro y la desaparición forzada de opositores usados por la dictadura argentina hacia Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala. Gracias a la difusión de una serie de documentos desclasificados del Departamento de Estado norteamericano y a datos aportados por Duane Clarridge, el ex jefe de la CIA en esas operaciones, pudieron conocerse detalles reveladores sobre esa operación. De estos documentos se dedujo que los militares argentinos desembarcaron en Centroamérica como fuerza legionaria exterior en tanto estaban dispuestos a hacer el trabajo sucio que la CIA estaba restringida de hacer al comienzo del gobierno del demócrata James Carter.