Seis de los 27 pacientes que continúan internados luego del ataque ocurrido el domingo en el club gay de Orlando están en la unidad de cuidados intensivos y en estado delicado, confirmaron los médicos. Al Centro Médico Regional de Orlando, ubicado muy cerca del lugar de la tragedia, fueron llevados 44 de los 53 heridos en el tiroteo. La cercanía y la rapidez del traslado salvaron vidas, dijeron voceros del hospital.

El médico Joseph Ibrahim explicó que cuando llegó al hospital, el día del hecho, “la sala de emergencias tenía pacientes en cada esquina” y comparó la escena con “la que se ve en una zona de guerra”. Uno de los que salvaron su vida y siguen hospitalizados es el portorriqueño Angel Colón, quien ayer habló con los periodistas, rodeado de médicos.

El joven se repone de heridas de bala y contusiones en las piernas. Dijo en español que recibió varios disparos en un primera ataque y que cuando se creía a salvo “él regreso para rematarnos a los que estábamos en el piso”. Los disparos le pasaron cerca y está vivo “de milagro”, aunque lo espera una larga recuperación.