EL MUNDO › OPINION
Basta
Por Horacio Verbitsky
Basta mirar el gesto sereno y decidido de la criatura de dieciséis años que se inmoló para hacer volar un shopping center en Jerusalén para advertir que la política de agresión del primer ministro israelí Ariel Sharon es tan criminal como estúpida e ineficaz. Lo mismo puede decirse de la demolición de las oficinas de Yasser Arafat en pleno viernes pascual y del asesinato de sus colaboradores. La humillación sistemática de todo un pueblo, sometido a la acción brutal de un ejército de ocupación, que derrumba casas a cañonazos y ejecuta detenidos a la luz del día, no conduce a la paz sino a un estado de guerra cada día más intenso y masivo, en el que inocentes ansían matar a inocentes porque se les ha privado de toda esperanza.
Los judíos del resto del mundo no pueden asistir en silencio al empleo de las que una vez fueron Fuerzas de Defensa de Israel para estas tareas inicuas, que las rebajan al nivel de tropas de asalto sin compasión y sin ley y que engendran represalias terribles sobre población civil. José Saramago encendió una de esas interminables polémicas que apasionan a los judíos al comparar la situación de los palestinos con la de las víctimas de los nazis en Auschwitz. Es sin duda una provocación, pero una justa provocación, dirigida a sacudir las conciencias y detener la mano criminal de Sharon, antes de que sea demasiado tarde.