EL MUNDO
Tibia recepción de Washington
La visita del canciller alemán Gerhard Schroeder a la Casa Blanca puso ayer de manifiesto que su relación con George W. Bush es correcta, pero fría, y que el presidente no derramará una sola lágrima si el canciller es derrotado en las elecciones. Bush no quiso regalarle a Schroeder ninguna baza en la aspiración alemana de ocupar un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y le recordó que es “inaceptable” que Irán pueda desarrollar un arma nuclear.