“Dos o tres semanas antes del crimen la policía detuvo frente al hotel donde se alojaba (Abel) Beroiz a dos personas, una de ellas portando un arma con silenciador. Pero en la comisaría, luego de identificarlos, los largaron”, contó ayer Néstor Pujato, el abogado de la familia del dirigente sindical asesinado. “Según los investigadores –agregó–, éstos serían los contratados para cometer el asesinato. Al quedar expuestos decidieron delegar el trabajo sucio en (Raúl) Flores. Esto revela que mucho antes del 27 de noviembre, Beroiz tenía dictada su sentencia de muerte.”

Se espera que hoy declare Juan, el menor detenido el lunes, sospechado de ser el coautor del crimen. Ayer lo hizo su madre, Marisa Zingalle, ante el juez Osvaldo Barbero. La jornada estuvo signada también por el giro que dio el líder de la CGT, Hugo Moyano, tratando de explicar que el crimen de Beroiz se debió “a una interna rosarina”, cuando el día del entierro de su segundo al mando había adjudicado el asesinato a un hecho más de inseguridad.

En declaraciones radiales en las que confirmó lo publicado ayer por este diario, el abogado Pujato destacó que, tras la detención de Flores y del menor de 15 años, resta avanzar en “los tres eslabones” que tendría este “crimen por encargo”: “Uno sería éste (el de los autores materiales), que estaría cerrando el círculo, por lo que dijeron los testigos. El segundo es la intermediación, la logística, en la que en apariencia estaría involucrado un estudio jurídico. Y el tercer eslabón sería el autor intelectual”.

Pujato precisó que “dos semanas o un mes antes” del crimen, “por obra de la casualidad una patrulla policial había detenido a dos personas en la plaza frente al hotel, un día que Beroiz había estado en el lugar. Una de ellas tenía un arma con silenciador, se las habría identificado y se los largó. Las versiones dicen que eran de Corrientes, otras de Pergamino. Evidentemente, si esto es así, es muy probable que Flores y el menor hayan sido la segunda opción para encargar el crimen”.

El abogado de la familia Beroiz agregó que “el juez está trabajando sobre el celular de Flores. Ha encargado un entrecruzamiento de llamadas y existirían algunas comunicaciones con una persona que estuvo ligada al sindicato. Se habla de Juan Carlos Dell Arciprette (vocal suplente de la lista que encabezaba en la provincia Beroiz), que estuvo en Casilda y se le habría levantado el permiso gremial”. “Todos los caminos llevarían hacia ese lugar –aventuró Pujato–, una puja interna en el gremio provincial.”

El menor detenido el lunes declarará hoy ante el juez Barbero. Los investigadores hicieron ayer esfuerzos por relacionarlo con Flores: aseguran que “estaba en carpeta desde un primer momento de la investigación por la presunta vinculación que tenían el joven y su mamá con el imputado Flores”. Y remarcan que hallaron cuadernillos pertenecientes a una escuela privada de idioma del macrocentro de Rosario, un material idéntico al encontrado en el allanamiento a la casa de la pareja de Flores. El menor, aseguraron los policías, vive con su familia en un pasillo contiguo a donde funcionaba ese establecimiento: el Instituto de Inglés Cilel, que fue asaltado tiempo atrás por dos jóvenes. Se sospecha que uno de ellos habría sido Flores.

Sobre los detenidos, fuentes de la pesquisa dijeron que “no tienen antecedentes penales, salvo una causa por hurto que hace un par de años se le hizo al chico”. El adolescente seguía anoche alojado en el Irar y a disposición del juez de Menores 4, Juan José Carmona. Su madre, en tanto, fue alojada en la alcaidía de mujeres. Un dato curioso: el abogado del menor es Alberto Tortajada: un conocido letrado local que defendió entre otros a Mario César Fendrich, el ex tesorero del Banco Nación. Un abogado entre los más caros del foro rosarino para una familia como la de Juancito.