EL PAíS › OPINION

¡Que se vayan!

Por Luis Zamora *

Enfrentar el día a día es angustiante para gran parte de los que habitan la Argentina. Ya hay hambruna. La falta de trabajo se agrava. La inseguridad crece. Muchos alimentos o medicamentos ya no pueden comprarse. Encima anuncian aumentos de tarifas. Sigue la concentración de la riqueza. El FMI aumenta sus imposiciones mientras el Gobierno prepara ejercicios militares con EE.UU. y le ofrece apoyo a Bush para nuevas masacres en el mundo.
Se insiste con elecciones sólo para presidente. Es decir quieren quedarse todos. Pero no sólo porque “están atornillados” a cargos y privilegios como bien dicen muchos. Detrás tienen a los grupos económicos y al propio gobierno norteamericano que dicen “al Congreso y a la Corte” no la toquen por ahora. Es que esa mayoría justicialista.radical en legisladores y jueces les da la única garantía de que sus planes de hambre y saqueo del país puedan continuar.
Si abren el juego y hay elecciones para todo, el resultado es una lotería. Estamos en plena campaña por que se vayan todos. El viernes 20 de setiembre, a las 18 horas, será otro paso con la concentración en Plaza de Mayo y distintas acciones en todo el país. Ha sido importante que se hayan logrado acciones unitarias con organizaciones políticas y gremiales, asambleas vecinales, comedores, movimientos de trabajadores desocupados, de derechos humanos, de estudiantes. Celebramos que intelectuales del interior sigan sumando apoyos, algunos especialmente queridos y respetados, y que se acerquen nuevas organizaciones sociales. Allí está el desafío para Autodeterminación y Libertad. Participamos de estas acciones unitarias porque pensamos que pueden estimular que muchos la tomen en sus manos. Que se reúnan y se autoorganicen en barrios o trabajos o facultades. Que vuelva la fuerza del proceso asambleario que inventó el grito y el reclamo. Que vuelva a adueñarse del “Que se vayan todos”. Con asambleas o con nuevas formas o nombres. Que las caras conocidas pasen a un segundo plano y caras anónimas comiencen a ser determinantes en esta lucha. Que cada uno de los que escuchen este llamado piense cómo suma a otros, a comedores comunitarios, a grupos de vecinos que discuten las tarifas sociales o se reúnen para hacer compras comunitarias. Si el pueblo la toma en sus manos esta pelea se puede ganar. Mientras tanto eso es ser parte de formas de contrapoder. Peleas contraculturales. Lazos solidarios. Fuerza desde abajo.
Como dijimos, los que dominan no tienen como antes partidos que les aseguren seguir con los planes de ajuste y al mismo tiempo apoyos en la población. Pienso en Menem o en Alfonsín. Tenían más del 50 por ciento de los votos. El FMI y los grupos económicos festejaban. En cambio ahora los de arriba se resignan a mirar que Rodríguez Saá o cualquier otro logra el 25 por ciento en encuestas y sin ningún entusiasmo. Si De la Rúa duró con esos planes dos años y el pueblo lo terminó echando, ¿cuánto durará el próximo cuando pretenda seguir con lo mismo?
Ellos también saben que con planes de hambre y entrega ya no construyen nuevos entusiasmos que duren. De allí que piensen en tendencias más autoritarias para imponer esos planes. EE.UU. piensa en el ALCA que es como recolonizar América latina. Y adueñarse de lo que todavía no tiene. Pero también ve el continente. Manifestaciones en Paraguay y en Perú parando las privatizaciones, los campesinos y los indígenas en Ecuador, el triunfo –aunque siga la amenaza– contra el golpe en Venezuela, ¿y si gana el PT en Brasil?, ¿y Evo Morales en Bolivia? Allí sigue estando el movimiento zapatista, la ebullición en Uruguay y el proceso que se mantiene en Argentina.
Y realizan más ejercicios militares. Pero también está la otra cara y la América latina que puede llenarse de rebeldías.
Pienso en la campaña “Que se vayan todos”. Muchos preguntan “¿si se van todos, qué”? En Autodeterminación y Libertad pensamos que se convoque aelecciones para una Asamblea Constituyente elegida por el pueblo y que en forma soberana debería decidir todas las medidas que den urgente respuesta a los problemas que nos agobian. Si siguen así recién en marzo se va a elegir un presidente. Si se vota un cambio, ¿quién lo realiza con un Congreso lleno de radicales y justicialistas y la Corte Suprema en contra? Será una burla para el pueblo. ¿Cuánto puede durar ese gobierno? Si se vota más de lo mismo va a tener un Congreso a favor y al FMI también pero entonces todo seguirá igual o peor.
Personalmente pienso que de mantenerse este llamado a elecciones tramposas no deberíamos participar con candidatos y, en cambio, intervenir con todas nuestras fuerzas para que sean impugnadas. Quizás con una boleta propia con nuestras propuestas de autodeterminación. Otros compañeros en Autodeterminación y Libertad piensan distinto. Lo resolveremos juntos en su momento.
Mientras tanto, “Que se vayan”. Para lograrlo es necesario que muchos se sumen. Es ahora porque dentro de diez meses, cuando tengamos otro demagogo gobernando, nos daremos cuenta que se perdió tiempo. Que el grito recorra los barrios y los lugares de trabajo: “Que se vayan todos y que el pueblo pueda elegir y decidir sobre todo”. El viernes 20 en la Plaza.

* Diputado nacional (Autodeterminación y Libertad).

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