A 32 años de su desaparición a manos de una patota del Batallón 601, comenzaron ayer los homenajes que se realizarán al escritor Haroldo Conti. La Carpa del Instituto Cultural bonaerense lo recordó en su Chacabuco natal, una localidad del interior provincial. Hoy los actos seguirán en la Feria del Libro y mañana en la Biblioteca Nacional.

La Secretaría de Cultura de Tigre, el municipio que encabeza Sergio Massa, organizó el acto recordatorio que se realizará hoy en el stand 500 de la Feria del Libro, de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). Al homenaje prometieron su asistencia tres de los hijos de Haroldo: Marcelo, Alejandro y Ernesto Conti. El inicio del acto está previsto para las 16. Cultura de Tigre se interesó en recordar la figura del escritor, estrechamente ligado a ese municipio. Conti tuvo una casa en una de las islas del Delta y su literatura –especialmente sus libros Sudeste y Todos los veranos– dio cuenta de esa geografía.

Mañana, en tanto, el homenaje tendrá como sede la Biblioteca Nacional, donde se hará un seminario sobre “Cultura y medios en dictadura y democracia”. La mesa de debate será presidida por la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y el inicio está agendado para las 13, en el salón auditorio Jorge Luis Borges.

Conti –como Rodolfo Walsh, Juan Gelman y Paco Urondo– pertenece a una generación de escritores que imbricaron literatura y política a la manera de un entretejido, donde una parte no sabe vivir sin la otra. “La política atraviesa toda la obra de Haroldo”, explicó su hijo Ernesto en diálogo con la agencia Télam, a propósito de los homenajes.

Conti nació el 25 de mayo de 1925 en Chacabuco y, antes de dedicarse de lleno al periodismo y la literatura, ejerció gran variedad de oficios. Fue maestro de escuela, profesor de latín, guionista de cine y hasta vendedor ambulante. Como escritor recibió el premio Casa de las Américas por su novela Mascaró, el cazador americano, en 1975, un año antes de su secuestro.

Haroldo había adherido al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), pero se comprometió en forma pública cuando la organización constituyó el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS).

Antes de su secuestro había recibido amenazas por una serie de notas que venía publicando en la revista Crisis y las denuncias que realizó en congresos literarios en el extranjero sobre la violencia ejercida por patotas parapoliciales.

Conti fue secuestrado por un grupo de tareas del Batallón 601 del Ejército el 5 de mayo de 1976 y desde entonces no se ha vuelto a saber de él, pese a la búsqueda incesante de su familia, de los amigos, de las organizaciones de derechos humanos y de los hábeas corpus interpuestos entonces ante la Justicia.

“Nadie como él puso en palabras en los textos la pampa gringa, no la de los terratenientes que acapararon las tierras despojadas a los aborígenes sino la de los inmigrantes pobres”, señaló Ernesto, a propósito del legado literario y político dejado por su padre.