Las principales definiciones del jefe de Gabinete ante los diputados llegaron sobre el final de su primer informe al Congreso y cuando ya la sesión se había desmadrado. Sergio Massa apostó su cabeza al éxito de la fórmula que diseñó el Gobierno para la movilidad jubilatoria: invocó las facultades del Parlamento para remover al ministro coordinador y les pidió a los legisladores que la ejercieran si los aumentos de las jubilaciones daban “menos del 18 por ciento” a lo largo de 2009. Para entonces, el radicalismo se había retirado del recinto a los gritos después de que el jefe de la bancada K, Agustín Rossi, cuestionara duramente la gestión de Raúl Alfonsín en medio de su encendida defensa del Gobierno. Después, Massa adelantó que el Ejecutivo explicará la nueva metodología estadística del Indec y abrirá la discusión con organizaciones como la CGT y la UIA sobre sus aspectos técnicos.

“Se trata del informe del jefe de Gabinete, no de una interpelación”, se defendió Massa ante las quejas de las bancadas opositoras, que se fueron “decepcionadas” con el nuevo método que se inauguró ayer, en su primera visita al Congreso. El sistema, impulsado por la oposición, de preguntas, respuestas y repreguntas al jefe de Gabinete sobre tres temas elegidos con anterioridad, no terminó por conformar a sus promotores.

Pasado el mediodía, Massa ingresó al recinto de la Cámara baja junto a una docena de asesores. El ministro expuso un largo informe sobre la gestión de Gobierno, al mismo tiempo que dejaban sobre las bancas de cada diputado un libro de 620 páginas en el que respondía 378 preguntas que los legisladores habían formulado con anterioridad y por escrito. Luego escuchó un extenso cuestionario sobre los “problemas inflacionarios y el funcionamiento del Indec”, “delitos internacionales” –que incluyó el caso del valijero venezolano Antonini Wilson y narcotráfico–, además del “financiamiento externo”. Finalmente, respondió a todas juntas.

El nuevo método contemplaba límite de preguntas y de tiempo para formularlas de acuerdo con la representación parlamentaria de cada bloque. El radical Oscar Aguad hizo cinco preguntas que abordaron desde el déficit de la balanza comercial con Brasil hasta la “cancillería paralela que ejerce el ministro Julio De Vido” en las relaciones con Venezuela.

Patricia Bullrich se consumió todo el tiempo de la Coalición Cívica en una larga exposición y un listado de preguntas sobre la situación de los funcionarios implicados en el escándalo de Antonini Wilson. Fue la primera en sufrir el corte del sonido antes de haber terminado, tal como lo había advertido el presidente de la Cámara, Eduardo Fellner.

El macrista Eugenio Burzaco preguntó “¿qué hace el Gobierno para proteger al país del crimen organizado?”.

Eduardo Macaluse, de Solidaridad e Igualdad, y Claudio Lozano, de Proyecto Sur, coincidieron en preguntar, ante la “desaceleración de la economía”, cuál será la prioridad del Gobierno: si pagar deuda externa o privilegiar la inversión interna ante “un cuadro de agravamiento social”. La socialista Laura Sesma encabezó los reclamos de las provincias por la coparticipación asignada en el Presupuesto 2009. Luego se sumaron varios partidos provinciales y hasta el ex radical K bonaerense Daniel Katz. Vilma Ibarra, de Encuentro Popular, cargó contra la injerencia de Guillermo Moreno en el Indec y afirmó que por un “acuerdo entre ministerios, el Estado dejó de lado las estadísticas del Indec para pagarles a los proveedores y a los adjudicatarios de obras públicas”. Tras un cuarto intermedio de media hora, Massa se reunió con sus asesores y respondió, a su manera, el largo cuestionario. Después amplió algunos conceptos en un aparte con los periodistas en la presidencia de la Cámara.

La valija de Antonini

“El ex funcionario cometió un error y fue separado”, dijo sobre el ex titular del Occovi Claudio Uberti, y defendió la actuación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria “que descubrió el delito”. “Creemos en el rol de las instituciones”, dijo antes de depositar su confianza en el Poder Judicial que “va a ir a fondo” con la investigación en la Argentina. Pero también le respondió a Antonini Wilson, sin nombrarlo, cuando amenazó desde Miami que si abre la boca varios funcionarios irían a parar a la cárcel: “Que venga y declare y que vaya preso quien tenga que ir preso”, sentenció. Ya fuera del recinto, aseguró que se abrieron sumarios sobre los involucrados en el escándalo, aunque consideró “de mal gusto” ventilar públicamente la situación de cada uno de ellos en particular.

Guerra narco

Insistió en los “convenios firmados con Europa y los Estados Unidos para cerrarles el paso a los carteles de drogas no sólo en la Argentina, sino en toda la región”. Después, Massa expresó su preocupación por el “permanente movimiento del narcotráfico a nivel mundial”, para responder a los asesinatos que produjeron las disputas entre narcos mexicanos en la Argentina. Después, aseguró que la “profundización de los controles sobre la efedrina” apunta a bloquear la “cabecera de playa que los carteles de Centroamérica” armaron para fabricar drogas sintéticas.

Indec

Frente a los periodistas, Massa adelantó que el Gobierno hará pública la nueva metodología utilizada por el Indec para medir la inflación. Antes, en el recinto, afirmó que el Gobierno convocará a las organizaciones sociales como las centrales sindicales, CGT y CTA, y económicas, como el sector empresario (UIA) y financiero para debatir los aspectos técnicos de las estadísticas y “darle credibilidad a la gente”. Un sistema de consultas que se implementaría entre octubre y noviembre, para “terminar con el circo y las discusiones políticas” sobre las estadísticas.

Deuda externa

Defendió el pago de la deuda al Club de París por “la relación bilateral que existe con los países que lo integran”. Afirmó que la reapertura del canje de deuda con los holdouts se haría sobre el “remanente de los bonos emitidos en 2005” y que la “oferta realizada por los bancos y que está bajo el análisis del Ministerio de Economía, deberá pasar por el Congreso para su ratificación”. “Cambió de perfil de deuda: ahora la serpiente se come al elefante”, dijo citando a El Principito, para luego asegurar que la política sobre la deuda le permitirá a “cualquiera que sea el gobernante en 2011, tener previsibilidad”.

Coparticipación

Massa descalificó los planteos provinciales, afirmando que las provincias no toman en cuenta algunas partidas, como la ayuda económica del Estado nacional para hacer frente “al incentivo y los sueldos de los docentes”. Sin embargo, reconoció la necesidad de volver a discutir una nueva Ley de Coparticipación donde no sólo deberán participar las provincias, sino “los intendentes por el nuevo rol que tienen los municipios”. Aunque, a la hora de fijar el compromiso de la convocatoria, Massa prefirió incluirla en el “compromiso del bicentenario” y aseguró que un año no es mucho para una discusión tan compleja.

Superpoderes

Aunque fuera de la agenda establecida, el tema se planteó en el recinto y Massa le salió al cruce. Volvió a insistir en que las facultades delegadas al Ejecutivo son parte de la Ley de Administración Financiera. Y que la atribución tan cuestionada “es la misma que tienen los presidentes del Senado –Julio Cleto Cobos– de Diputados, de la Corte Suprema de Justicia, y la mayoría de las provincias para poder gobernar”.

En el final, Massa remató la pelota que le dejó picando Rossi, cuando le preguntó si el Gobierno estaba en condiciones de afrontar económicamente el incremento en las jubilaciones que generaría la movilidad jubilatoria, que el Senado convirtió en ley ayer. “Si los aumentos están por debajo del 18 por ciento, que el Congreso utilice sus facultades para remover al jefe de Gabinete”, dijo Massa convencido de que ganaría la apuesta.