“Relajados.” Esa fue la palabra más repetida entre los diputados kirchneristas para describir su estado de ánimo en vísperas de la votación de hoy en la Cámara baja, que empezará a sellar el fin de las AFJP. El anunciado respaldo “en general” de Solidaridad e Igualdad, los socialistas, el economista de la CTA Claudio Lozano y de sus “aliados históricos” le garantiza al oficialismo un holgado número para dar media sanción al proyecto de reestatización del sistema jubilatorio. De todas maneras el oficialismo tomará algunos recaudos. El bloque K está convocado a un desayuno de trabajo para aglutinar la tropa propia, ya que tendrá que cargar con la responsabilidad de reunir el quórum para abrir la sesión especial citada para las diez y media de la mañana.

En la bancada oficialista había satisfacción y confianza por el consenso alcanzado con las modificaciones al proyecto original. El porotómetro K oscila entre 150 y 160 diputados a favor de la aprobación del proyecto en general; o sea, muchos más de los 129 necesarios.

El kirchnerismo volverá a sufrir algunas bajas. Felipe Solá, Beatriz Halak, Lorena Rossi y Julio Arriaga redactaron un dictamen propio, que propone el mantenimiento de un régimen previsional mixto residual, donde el sistema de reparto incorpore a los nuevos trabajadores y las AFJP controlen los aportes de quienes habían optado por el sistema privado.

La jugada de Solá provocó irritación en el kirchnerismo. Los más duros quieren poner límite a sus días dentro del bloque oficialista, pero ayer la conducción del bloque los frenó. “No vamos a echar a nadie. Si se quieren ir que se vayan solos”, afirmaron cerca del jefe de la bancada, Agustín Rossi, y agregaron: “No vamos a ser funcionales a los objetivos de Solá, que quiere que lo expulsemos para victimizarse como estrategia para su propio proyecto político.” El ex gobernador bonaerense convocó a una conferencia de prensa hoy y se presume que allí anunciaría su salida del bloque (ver aparte).

Los cambios que el oficialismo introdujo al proyecto del Gobierno apuntaron a responder los reclamos internos del bloque y de sus aliados, como así también a acercar posiciones con el SI, los socialistas y Lozano. Desde la bancada K se encargaron de remarcar que todos fueron “acordados con el Ejecutivo”.

Entre las modificaciones figura que la “totalidad de los recursos” que la Anses recibirá de las AFJP y de los hasta ahora aportantes al sistema privado “podrán ser utilizados únicamente” para el pago de los beneficiarios del nuevo sistema integrado. La Anses tendrá las mismas limitaciones para la inversión del excedente económico del sistema previsional que tenían las administradoras privadas, más la prohibición de realizarlas en el exterior.

También se estableció la creación de un Consejo del Fondo de Garantía integrado por la Anses, la Jefatura de Gabinete, jubilados y pensionados, centrales obreras, cámaras empresarias, entidades bancarias y el Poder Legislativo. Y se introdujo el “compromiso de garantizar el empleo” a los trabajadores de las AFJP.

Las modificaciones también garantizaron el apoyo al proyecto oficial de los bloques del Frente Cívico santiagueño, los neuquinos del MPN y de los radicales K. El resto de la oposición que se plantó en contra de la iniciativa. La postura que expresaron el gobernador santafesino, Hermes Binner, y el senador Rubén Giustiniani en la reunión del Comité Ejecutivo del Partido Socialista, el sábado pasado, terminó por inclinar la balanza: el socialismo acompañará en general el proyecto oficial con su voto.

En simultáneo con los preparativos para la sesión de hoy en Diputados, en el Senado aprobaron ayer la preferencia para el tratamiento del tema en el recinto el próximo 20 de noviembre. Ese día, los senadores buscarán transformar en ley el fin de la jubilación privada.