Miércoles, 26 de noviembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › MARCHA ATRáS CON EL GRAVAMEN AL CONSUMO CON TARJETAS DE CRéDITO
Mauricio Macri mandó a sus legisladores a buscar otras “alternativas”. Reconoció que su idea tuvo “mala recepción” y que no es adecuada “en estos momentos de crisis”. El macrismo no tenía votos suficientes para imponerla en la Legislatura.
La administración PRO dio marcha atrás con el impuesto a las tarjetas de crédito. Así lo confirmó el propio Mauricio Macri en respuesta al creciente rechazo social y opositor hacia una medida que formaba parte del proyectado Presupuesto 2009. “Tuvo una muy mala recepción y en estos momentos de crisis no es bueno complicar las cosas. Por eso decidimos que se busquen alternativas en la Legislatura”, admitió el jefe de Gobierno porteño. La decisión se enmarca en la intención del oficialismo de reducir la tensión y las diferencias surgidas al calor de la negociación de las previsiones presupuestarias para el año que viene, especialmente con el kirchnerismo y la Coalición Cívica. El objetivo es más claro que el agua: lograr los 31 votos necesarios para aprobar el Presupuesto, a sabiendas de que el macrismo tiene 27 bancas o 28 si se incluye al bulldoguista aliado como Marcelo Meis.
El intento de gravar con un 0,6 por ciento los consumos con tarjetas de crédito fue cuestionada por la oposición porteña en su conjunto. Elisa Carrió y su delfín en la ciudad, Alfonso Prat Gay, criticaron el plan del PRO porque “lo peor que se puede hacer en recesión es subir impuestos”. El senador Daniel Filmus y el cooperativista Carlos Heller iniciaron, el jueves pasado, una campaña contra el “impuestazo”.
En sintonía con los argumentos esgrimidos por Macri, el vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Diego Santilli, afirmó a Página/12 que “lo más equilibrado es que aporten siempre los que más tienen; ésta era una iniciativa que perjudicaba a las clases medias y por esta razón preferimos apartarla”. El peronista PRO aprovechó para defender el Presupuesto, porque “concibe un paquete de medidas que apuntan a resolver los problemas en los hospitales, escuelas, se quiere dar sustento a mejoras de las calles y a las viviendas”.
El legislador de Igualdad Social, Martín Hourest, y el jefe del bloque K, Diego Kravetz, coincidieron en que la razón fundamental de la eliminación del impuesto a las tarjetas radicó “en los votos que se podían llegar a perder como consecuencia de un repudio general de toda la sociedad”. Ambos criticaron al macrismo por las otras subas de impositivas proyectadas y marcaron sus diferencias centrales con un Presupuesto 2009.
“La eliminación del ajuste fiscal sobre las tarjetas de crédito no resuelve el problema de un presupuesto disociado de la crisis, de un presupuesto que requiere endeudarse para realizar obras; tampoco resuelve la situación fiscal de una ciudad que el año pasado y éste imploró por un régimen fiscal de emergencia”, destacó Hourest a Página/12. El economista de la CTA exigió que el Presupuesto “se articule alrededor del eje de la cuestión social, haga hincapié en una reforma fiscal profunda y sea consistente y no reclame mayores niveles de endeudamiento privado que el año pasado, cuando la crisis no había estallado”. Además, sostuvo que “el macrismo, como no quiere ir por el 10 por ciento más rico, anda metiendo mano por otros lados”.
Kravetz definió la anulación como “una bajada a tierra”, debido a que “es empezar a vislumbrar cuál es la realidad económica mundial”. El jefe de la bancada K en la Legislatura remarcó a este diario que “todos los países del mundo están tomando medidas proactivas; Macri quiere tomar medidas recesivas y toda la oposición le dijo que no”. El legislador kirchnerista acusó al PRO de “querer hacer caja para mantener el nivel de bacheo que hay en la ciudad, porque obra pública no hay, lo que hay es puro maquillaje”. “El Presupuesto debe ser rearmado”, reclamó.
Frente al rechazo a su intento de gravar los consumos con tarjeta, la semana pasada Macri había exigido a la oposición “menos mezquindad porque esperamos un debate constructivo”. Omitió entonces las referencias a los casos de compraventa de coches usados y las transacciones inmobiliarias y no mencionó cambios en las subas de impuestos de Ingresos Brutos, otros puntos polémicos de su previsión presupuestaria. “Tenemos un plan y queremos seguir con ese plan”, insistió terminantemente el ingeniero. El paso en falso con el impuesto a las tarjetas de crédito es una muestra de que al macrismo no le resultará fácil mantener sin cambios el proyecto de Presupuesto 2009 tal cual fue girado a la Legislatura por el Ejecutivo.
Informe: Tomás Forster.
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