Un maestro y un policía resultaron heridos ayer, con cortes en la cabeza, durante una movilización de la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (UnTER) que los docentes de Río Negro realizaron en Viedma, en el marco del paro ininterrumpido que realizan desde el 23 de febrero pasado. La marcha, que congregó a alrededor de mil trabajadores de la educación, se dirigió a la Casa de Gobierno provincial en pos de un objetivo principal enmarcado en el plan de lucha: hacer llegar a oídos del gobernador radical K, Miguel Saiz, la insatisfacción reinante por la falta de mejoras en el bolsillo de los educadores rionegrinos, que padecen el salario básico más bajo del país (440 pesos). Además, los maestros volvieron a cortar un tramo de la ruta 22, a la altura de la localidad de Chichinales, cercana al límite con Neuquén.

Los incidentes comenzaron cuando los 300 efectivos policiales, desplegados en el operativo dispuesto por las autoridades, intervinieron para evitar pintadas sobre el edificio gubernamental. Tras las refriegas en las que se arrojaron piedras y gases lacrimógenos, un policía y un manifestante resultaron heridos con cortes en la cabeza. Rápidamente, una ambulancia se acercó al lugar y brindó asistencia médica. El docente salió más dañado, pero sin consecuencias graves, y requirió algunos puntos de sutura.

Antes del incidente, alrededor de mil maestros movilizados pasaron por el Ministerio de Economía y por la Legislatura. Allí se agregaron los ocho delegados que, desde anteayer, permanecen en el Parlamento provincial solicitando apoyo para sus demandas. Dirigentes de ATE y Suteba acompañaron a la caravana. Por su parte, el secretario general de UnTER, Marcelo Nervi, llamó a los maestros a “movilizarse pacíficamente” y consideró nuevamente que “el gobernador Miguel Saiz es el principal responsable de la situación”. Por su lado, el vicario del Obispado del Alto Valle, Jorge Fernández Paso, confirmó que la iglesia de Río Negro buscará mediar entre el gobierno y los maestros. Al respecto, reveló que “se ofreció esta facilitación del diálogo a través del espacio físico y de la presencia de un miembro de la Iglesia”.