Entre los gritos y las lágrimas de un grupo de familiares, amigos y empleados del acusado que habían viajado a Miami para la ocasión, la jueza anunció la sentencia: Franklin Durán fue condenado a cumplir cuatro años de cárcel, más otros tres de libertad condicional. Y, además, a pagar una multa de 175 mil dólares. El empresario venezolano ya había sido declarado culpable de actuar como un agente de inteligencia ilegal de Venezuela en Estados Unidos y de conspirar en una asociación ilícita para ocultar el origen y el destino de los famosos 800 mil dólares que Guido Alejandro Antonini Wilson, el valijero, intentó ingresar a la Argentina en 2007.

De los cinco supuestos espías enviados a Miami por el gobierno de Hugo Chávez para silenciar a Antonini Wilson, Durán era el único que se había declarado inocente y se había negado a colaborar con el FBI en la investigación. Por eso, se le siguió el juicio en el que, en noviembre pasado, el jurado lo encontró culpable.

La jueza federal de Miami Joan Lenard entendió que Durán “no vino a los Estados Unidos con la intención de actuar como espía”, pero sí consideró que el empresario “respondía al gobierno de Venezuela en su objetivo de presionar” a Antonini Wilson “para que ocultara el origen y destino de una maleta con 800 mil dólares”.

El fiscal Thomas Mulvihill había pedido la aplicación de la pena máxima por cada delito –ser agente ilegal y formar una asociación ilícita– y el abogado defensor, Ed Shohat, en una moción presentada en enero, había solicitado como máximo tres años de cárcel para su cliente. Ayer, al conocerse la pena, el fiscal se mostró de todos modos satisfecho: “Es una buena decisión para prevenir que nadie intente hacer lo mismo en este país”, dijo al salir de la audiencia. Según Mulvihill, Durán se benefició de “la corrupción” del gobierno venezolano e hizo una gran fortuna en los últimos diez años.

En defensa de Durán, Shohat alegó que su cliente no causó daño a los Estados Unidos ni realizó actividades de espionaje. Aseguró que Durán siempre quiso ayudar a su amigo Antonini para que superara el problema y presentó ante la jueza numerosas cartas de familiares, amigos y empleados de su empresa petrolera Venoco, que lo describían como una persona humanitaria y decente. Varias de esas personas presenciaron la audiencia de ayer.

La condena a Durán ya está firme y, una vez cumplida la prisión en un 85 por ciento, el empresario podría salir en libertad si observa buena conducta. Claro que dentro de los cuatro años de cárcel se computan los quince meses que lleva detenido en la prisión federal de Miami.

El escándalo de la valija estalló en la madrugada del 4 de agosto de 2007, cuando la policía aeroportuaria confiscó los 800 mil dólares que intentaba ingresar al país Antonini Wilson. Luego, en la causa realizada en Estados Unidos, el valijero y la Fiscalía insistirían en que se trataba de fondos girados por Chávez para financiar la campaña proselitista de la entonces candidata a presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

De regreso en Miami, Antonini Wilson acordó colaborar con el FBI y grabó sus conversaciones con los supuestos enviados del gobierno chavista: el uruguayo Rodolfo Wanseele Pasciello y los venezolanos Carlos Kauffman, Moisés Maionica, Antonio José Canchica Gómez, además de Durán. Tras ser identificados a partir de las grabaciones, todos ellos fueron imputados por la Justicia norteamericana. Presunto agente de la inteligencia de Venezuela, Canchica Gómez permanece prófugo. Los restantes involucrados se declararon culpables y decidieron colaborar con la investigación de la fiscalía, para que sus penas fueran reducidas. Finalmente, resultaron condenados a entre 15 y 34 meses de prisión.