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Todos los días
Por Julio Strassera *
Entre el “salariazo y la revolución productiva” de Menem, la “Carta a los Argentinos” de De la Rúa y el discurso de Duhalde ante la Asamblea Legislativa no hay ninguna diferencia moral.
Son tres infames mentiras, y en relación con ellos los argentinos tenemos que comprometernos a exigirles a sus autores que algún día rindan cuentas. Porque el día llegará, inexorablemente.
El Gobierno decidió en complicidad con los bancos confiscarles el dinero a los ahorristas, que son históricamente los que siempre pagaron. Resulta cómico que hoy extrañemos el “corralito” de Domingo Cavallo, pues Jorge Remes Lenicov y su pandilla hoy ni siquiera nos permiten gastar en exclusivo beneficio de las entidades financieras, que no sólo se empeñan en no devolver sino, además, en continuar utilizando los ahorros populares en su exclusivo beneficio.
Por su parte, el señor José Ignacio de Mendiguren propicia la pesificación uno a uno de los depósitos, para también exclusivo beneficio de los bancos y de las grandes empresas que así podrán licuar sus pasivos, pese a que pueden hacer frente a sus obligaciones con los dólares que se llevaron al exterior, como es público y notorio. Una vez más el perjuicio es para los ahorristas. Y el Gobierno es cómplice. Por cierto que ellos no sufren perjuicio alguno, y seguramente tienen cuentas en el exterior.
Los argentinos debemos continuar con nuestra protesta pacífica. No podemos confiar en que la Justicia vuelva las cosas a su cauce normal, porque la Corte Suprema está al servicio del Poder Ejecutivo.
Debemos juntarnos todos los días en la Plaza de Mayo y reproducir a todo volumen el texto de Duhalde ante la Asamblea Legislativa. Quizá alguna vez sienta vergüenza.
Duhalde es un presidente que no elegimos y que fue “puesto” por legisladores que no representan a nadie, algunos manejados con la tarjeta “Banelco” y otros muchos con serias sospechas de enriquecimiento ilícito.
* Ex fiscal del juicio a las juntas militares.