Martes, 26 de mayo de 2009 | Hoy
EL PAíS › EN EL ACTO CENTRAL POR EL 25 DE MAYO LA PRESIDENTA DEFENDIó SU GESTIóN DE GOBIERNO
Acompañada por casi todo el gabinete y gran parte de los gobernadores, Cristina Fernández de Kirchner dijo que “el país está ante una oportunidad histórica porque hemos encontrado el camino”. Antes, la comitiva participó del acto del Tedéum.
“El país está ante una oportunidad histórica sin precedentes porque hemos encontrado el camino, como Manuel Belgrano, un fanático de la producción y el trabajo nacional; como San Martín, ferviente creyente en la unidad nacional”, dijo ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el acto central de los festejos por el 199º aniversario de la Revolución de Mayo. En el contexto de una campaña electoral, el discurso presidencial tuvo un fuerte contenido político y defendió la necesidad de continuar y profundizar el actual modelo económico. “Estamos parados para hacerle frente al vendaval, con dificultades pero enteros”, dijo en la Triple Frontera con Brasil y Paraguay, en Puerto Iguazú. Antes, la Presidenta había recibido a la monja francesa Ivonne Pierrone, secuestrada y torturada durante la dictadura militar, y al cacique guaraní Mbya, que fue en representación de las comunidades aborígenes de Misiones, para participar más tarde del Tedéum que ofició el obispo Marcelo Martorell.
Más que las referencias históricas, el discurso de la Presidenta se refirió a la situación actual. “Hoy hemos encontrado el camino y tenemos que profundizarlo”, fue una de las frases salientes en referencia al modo de afrontar los efectos de la crisis internacional. Y en la misma línea afirmó que “estamos parados para hacerle frente al vendaval, con dificultades pero enteros”. Y volvió a insistir en el proceso político que se inició en el 2003: “Hoy se cumplen seis años de una Argentina diferente”, dijo la Presidenta en alusión al aniversario de la asunción de Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003, antes de empezar a repasar los logros de la gestión de su esposo y los de su propio gobierno.
Más de una vez asoció la gesta de Mayo de 1810 con el presente. Por ejemplo, al señalar que antes de 2003 “nos habían convencido de que era imposible hacer un país con rasgos propios, con características propias”.
En el mismo sentido, y aunque sin mencionar las próximas elecciones, convocó a “todos los argentinos a una nueva gesta, que es la misma que soñaron otros, pero que hoy hemos encontrado el camino”.
“Este es el modelo que los argentinos tenemos para realizar los sueños”, sostuvo al defender la política socioeconómica del Gobierno, frase que coronó con esta otra: “A mí no me gusta sólo soñar. Además de soñar nos gusta hacer. Hace hoy seis años comenzamos un proceso de transformación en nuestro país para convertir sueños en realidades”.
En una jornada muy calurosa, que obligó a la Presidenta a usar un abanico para aliviarse y a ministros y gobernadores a recurrir a una y otra vez a sus pañuelos para secarse el sudor de sus caras, hubo tres ceremonias consecutivas que se extendieron durante cuatro horas.
La Presidenta –que en principio iba a viajar el domingo a la noche pero una fuerte tormenta en Puerto Iguazú la obligó a postergar su salida hasta ayer a la mañana– comenzó la actividad a las 11.30 en el hotel Sheraton que está frente a las cataratas recibiendo el saludo de 40 embajadores, varios gobernadores, casi todos los ministros de su gabinete, los jefes de las tres Fuerzas Armadas y el nuncio apostólico, Adriano Berardini.
A las 13, la comitiva se trasladó a la catedral de Puerto Iguazú para el Tedéum, que estuvo a cargo de Martorell, quien está al frente de esa diócesis desde que sucedió a Joaquín Piña, un obispo opositor al kirchnerismo, que encabezó en 2006 la campaña contra la reelección del entonces gobernador oficialista Carlos Rovira.
En su homilía, Martorell señaló que “a poco tiempo de las elecciones nacionales legislativas es bueno dar gracias a Dios por la democracia” y resaltó la necesidad de que “nuestros corazones busquen una luz esperanzadora y la construcción del bien común en nuestra Patria” y de “beneficiar a todos sectores de la sociedad”.
Junto con la Presidenta lo escuchaban el gobernador local, Maurice Closs, y sus colegas Daniel Scioli (Buenos Aires), Jorge Capitanich (Chaco), Gildo Insfrán (Formosa) y Walter Barrionuevo (Jujuy), además del ex gobernador Rovira, derrotado por el obispo anterior. También estaban todos los ministros del gobierno nacional, a excepción del jefe de Gabinete, Sergio Massa, y de la ministra de Salud, Graciela Ocaña, abocados en Buenos Aires, por la confirmación en Argentina de nuevos casos de la influenza A, la gripe porcina. Además de secretarios de Estado, legisladores nacionales y dirigentes locales, también pudo verse a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
La tercera y última escala de las ceremonias oficiales por el 25 de Mayo fue en el anfiteatro Ramón Ayala, con vista a la confluencia del río Iguazú con el Paraná, sobre cuyos márgenes están las ciudades de Puerto Iguazú, Foz de Iguazú (brasileña) y Ciudad del Este (paraguaya), en lo que constituye la llamada Triple Frontera.
Allí, antes que la Presidenta habló el gobernador Closs con un discurso prácticamente de campaña, en el que subrayó “los logros alcanzados en estos seis años de un modelo para todos” y afirmó que “mientras algunos quieren un país central, nosotros la acompañamos a usted, Presidenta, que defiende todas las economías regionales”.
Closs también hizo un llamado a votar por el oficialismo el 28 de junio y vinculando esa fecha con los días de mayo de 1810, dijo que ese día va a haber “un cabildo abierto y podemos elegir qué país queremos”.
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