El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, confirmó que volverá mañana a Lobería, donde el jueves pasado sufrió una agresión de un grupo de ruralistas. Scioli aseguró que viajará a esa localidad a pedido del intendente para arreglar un conflicto laboral en una planta de girasol. Para la oposición, se trata de una “provocación” del kirchnerismo. “Parece que es hasta de patotero”, consideró Francisco de Narváez, mientras que Elisa Carrió dijo que Scioli “no puede ir al foco del conflicto”. El titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, anticipó que llevará hoy a la Mesa de Enlace un pedido para que se pronuncien contra los ataques a los candidatos del oficialismo. “Estamos llamando a la cordura”, aseguró.

Durante un acto en Cañuelas, el titular del PJ, Néstor Kirchner, salió a defender a su acompañante en la lista de diputados y calificó de “inadaptados” a sus agresores (ver aparte). Y si bien desde la oposición repudiaron la violencia, aprovecharon la decisión del gobernador para criticar al oficialismo. Desde el Acuerdo Cívico y Social, Carrió responsabilizó al Gobierno del ataque, ya que “agredió durante un año y medio” al sector agropecuario. Para Lilita “el que fomenta esta situación es Néstor Kirchner” y los incidentes fueron “escaramuzas de campaña que están siendo agrandadas por el propio Gobierno”. “Nosotros ni agraviamos ni estamos en los escraches”, argumentó Lilita.

Al hablar en un acto en La Plata, Scioli volvió a vincular a dirigentes de Unión-PRO con los incidentes de la semana pasada. “Ellos mismos reconocieron que pertenecían a las entidades rurales locales y que estaban comprometidos con esa fuerza política”, dijo, al tiempo que deslizó que “algunos parece que quieren sembrar violencia o discordia”. El vicepresidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, también apuntó contra los sectores que organizaron el ataque. Sostuvo que la campaña de PRO en Buenos Aires “se sostiene en patotas y marketing”. Para el funcionario del BaPro se trató de “violentos grupos de choque disfrazados de productores”.

De Narváez insistió en expresar su “absoluto repudio” a la agresión, pero remarcó que “ni el señor gobernador debió llevar a 400 policías ni debieron sancionar al jefe de policía de Lobería”. Para el primer candidato a diputado del PJ disidente, la decisión de regresar mañana “es volver a poner el dedo en el ventilador”. “Me parece una provocación innecesaria”, concluyó.

Antes de que ocurran los incidentes la Mesa de Enlace tenía prevista una reunión para las 14 de hoy en la sede de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Además de insistir con las demandas del sector, el objetivo original era concretar el encuentro con la ministra de Producción, Débora Giorgi, previsto para el viernes pasado para analizar la situación de la lechería con representantes del tambo y la industria.

Sin embargo, las últimas agresiones protagonizadas por ruralistas –entre las que se encuentra la tercera que sufrió el jefe de la bancada kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi– serán motivo de debate entre los presidentes de las cuatro entidades patronales. “Por separado, los dirigentes agropecuarios ya expresaron su repudio ante los actos de violencia”, señalaron fuentes del sector, restándole importancia al tema. De todas formas, el vicepresidente de Carbap y candidato a diputado provincial por UniónPro, Jorge Srodek, consideró ayer que algunos ruralistas “se excedieron en la forma”, pero aseguró que “se van a seguir haciendo protestas, porque los problemas del campo siguen”.

La violencia de los ruralistas se entremezcló con la campaña electoral, que no está exenta de chicanas de uno y otro lado. Felipe Solá aseguró que Scioli volverá a Lobería con “la intención de reprimir”, mientras que el gobernador le respondió que se preocupe por el crecimiento la candidata del Acuerdo en la provincia, Margarita Stolbizer, “que los está relegando al tercer lugar”.