Martes, 16 de junio de 2009 | Hoy
EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER COINCIDIó CON LULA EN LA DEFENSA DEL EMPLEO ANTE LA OIT
La Presidenta habló ayer ante la Asamblea General de la OIT luego de Lula y de Sarkozy. Defendió el papel del empleo como salida a la crisis e insistió en la necesidad de que la OIT participe de la próxima reunión del G-20.
Por Nora Veiras
Desde Ginebra
“Mi gobierno acaba de dar un crédito a General Motors para que no cierre sus puertas. Si alguien me hubiese dicho que como presidenta iba a dar un préstamo a una multinacional automotriz americana, que acababa de ser estatizada por un presidente afroamericano de los Estados Unidos, me hubiera parecido un delirio.” Cristina Fernández de Kirchner apeló a esa anécdota para graficar el cambio en el mundo y machacar sobre la prioridad de mantener el vínculo laboral. “Es el trabajo el que genera la riqueza y no al revés. Lo más importante es impedir el telegrama de despido”, insistió en la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo. Precedida por el francés Nicolás Sarkozy y el brasileño Inácio Lula da Silva, con el que compartió el impulso al rol del Estado y las críticas a la especulación financiera, la Presidenta reiteró esta vez en forma de pedido directo a Barack Obama el planteo de que la OIT sea invitada a la próxima cumbre del G20 que se desarrollará en septiembre en los Estados Unidos.
–¡No saben lo bien que me fue! Me dijeron que Lula me mencionó tres veces y Sarkozy dos –comentaba satisfecha CFK.
El director general de la OIT, el chileno Juan Somavía, había anticipado con su bienvenida que el escenario sería una fiesta para el oficialismo. “Las elecciones tendrían que ser acá”, chanceó un ministro pendiente de los dimes y diretes del microclima nacional.
“Sus palabras hace dos años en este recinto de la OIT expresaron una visión premonitoria de lo que iba a ocurrir en el mundo”, la recibió Somavía para luego recordar que “Argentina es un país pionero en la elaboración del programa nacional de trabajo decente” y de destacar la gestión por “el respeto a los derechos humanos y por impulsar la igualdad y la promoción social”. Somavía lleva nueve años al frente de la OIT, le restan tres años de mandato y abreva en un partido pequeño de la izquierda chilena.
Ataviada con un trajecito estampado que se fundía con las flores naturales que decoraban el inconmensurable escenario del salón central del Palacio de las Naciones, la Presidenta recurrió a su memoria para desplegar un discurso plagado de cifras. Interrumpida por aplausos nueve veces a lo largo de casi cuarenta minutos coronados por una ovación, CFK dijo:
- “Argentina está entre los 11 de los 44 países testeados en los que no creció la desocupación en el primer trimestre del año”.
- “El patrón de crecimiento económico que se instaló en el 2003 se basó en el trabajo y la producción. En el 2003, el 25 por ciento de la Población Económicamente Activa estaba desocupada. Los trabajadores representaban un 34 por ciento del PBI y en el Banco Central había apenas nueve mil millones de dólares de reservas. Terminamos el 2008 con el 7,3 por ciento de desocupación, con los trabajadores que representan el 43,6 por ciento del PBI –mucho más cerca del fifty/fifty–, con 46 mil millones de dólares en el Banco Central, con 1500 convenios colectivos de trabajo firmados. Todavía tenemos un 36 por ciento de trabajo en negro, falta, pero vamos en el buen camino.”
- “Incorporamos dos millones de personas a los beneficios previsionales. Nos desendeudamos y tomamos, quizás, la medida más importante de los seis ultimos años de gobierno: la estatización de las AFJP. Pasando por alto los miles de millones que se perdieron por las inversiones en activos tóxicos, la ley de capacitación exigía que el 0,5 por ciento lo destinaran a viviendas: se tendrían que haber construido 500 mil, sólo se hicieron 750.”
- “Las medidas para hacer frente a esta crisis pasan por el sostenimiento del vínculo laboral. Cada trabajador es también un consumidor y ante una crisis externa todo país debe sostener el mercado interno con sus trabajadores. Se tiene rentabilidad no por la flexibilización laboral sino cuando se tienen trabajadores bien remunerados y calificados.”
El racconto que comenzó en el mandato de Néstor Kirchner derivó en que “una estrategia nacional requiere de una estrategia global frente a la crisis. La OIT tiene que participar del G20. Aquí están representados el capital y el trabajo que son los que nos van a ayudar a salir de la crisis. Yo siempre veo al FMI y al Banco Mundial y la economía real es la gran ausente en estas décadas que han estado marcadas por el Consenso de Washington”.
El rol activo del Estado en la regulación y control del capital financiero y el respaldo a inversiones en infraestructura fueron dos de los instrumentos reivindicados por CFK.
El panorama de debacle mundial producto de la explosión de la burbuja financiera pone en escala la realidad de cada país. En esa comparación los funcionarios argentinos rescatan la malla de contención que extendieron para evitar que las secuelas del festín especulador la paguen primero los trabajadores. En el mundo, Somavía advirtió que “la economía mundial debería generar 300 millones de puestos de trabajo hasta 2015 solamente para compensar el crecimiento de la fuerza laboral. Pero estamos avanzando en la dirección contraria, se estima que el desempleo seguirá aumentando al menos hasta 2010 o hasta 2011”. La prospectiva está lejos de ser alentadora.
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