Desde Ginebra

“Inventan hipótesis: si no las desmentís interpretan que las estás confirmando y si las desmentís dicen que fuiste vos el que las generaste y siguen con supuestas reacciones de la oposición.” Para la comitiva presidencial, que se alojó frente al lago Leme, la versión de un posible adelantamiento de las elecciones presidenciales como consecuencia de una derrota en las legislativas del 28 de junio superó el límite. En corrillos despotricaban contra el diario Clarín. En público decidieron evitar el juego: “No vamos a dejar que enturbien el resultado del viaje a la OIT por ese sinsentido”, repetían.

–En cualquier momento dicen que Cristina visitó la Máquina de Dios (por el acelerador de partículas) para buscar un preparado antimateria que permita eliminar a los opositores –se entusiasmó un funcionario buscando equiparar las “hipótesis” con un delirio.

A doce días de las elecciones, el tramo final está plagado de sorpresas. “¿Viste que (Francisco) de Narváez dijo que él va ser el garante de la institucionalidad? Está claro, cree que tiene que hacer un depósito”, descargó su ironía otro kirchnerista. El humor ácido fue el recurso para quitarle dramatismo a una primera plana que ya en Buenos Aires habían salido a desmentir desde el jefe de Gabinete, Sergio Massa, hasta los ministros de Justicia, Aníbal Fernández, y de Interior, Florencio Randazzo.

Algunos optaban por eludir lisa y llanamente el análisis del tema, otros se avenían a buscar interpretaciones. “Al generar ese estado de sospecha quieren incidir en los indecisos mostrando que el Gobierno es imprevisible, que estamos locos”, concluían muy cerca de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Convencidos de que el resultado electoral será lo único que aplaque la usina de rumores, más de uno coincidía en el deseo: “¡Que llegue el 28! Menos mal que se adelantaron las elecciones, ¿se imaginan esto así hasta octubre? Es imposible hacer nada porque todo es sobreinterpretado”, comentaba un ministro.

La tensa relación del Gobierno con los grandes medios surgía en cada relato en el que reaparecen cuentas pendientes que ya podría decirse que treparon a la categoría de impagables desde el conflicto con las entidades agropecuarias. “A nosotros nos interrogan y a los opositores los escuchan”, repiten cerca de la Presidenta en línea con otro razonamiento del ex presidente Néstor Kirchner. Desde la semana pasada, el candidato a diputado bonaerense viene repitiendo que “si a un funcionario del gobierno lo denuncian es porque lo están investigando, en cambio si pasa con uno de la oposición, lo están persiguiendo”.