La decisión de Daniel Scioli de buscar la reelección en 2011 prescindiendo de la postulación presidencial –tal como anunció su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y admitió entre líneas el propio gobernador–, en una clara ratificación del tándem que forman con Néstor Kirchner, llevó tranquilidad hacia el interior del PJ bonaerense: la definición les evita poner en juego fidelidades si Kirchner y Scioli hubiesen tenido la misma aspiración presidencial. Ahora saben que todos se alinean en un mismo proyecto sin estar obligados a repartir sus preferencias.

En su edición del 13 de septiembre, Página/12 había anticipado que el plan de Kirchner es ser candidato a presidente en 2011 y que Scioli compita por la reelección en la provincia de Buenos Aires, salvo que las encuestas no lo ayuden y, en ese caso, el gobernador sería su delfín para la Casa Rosada. Fuentes del PJ bonaerense confirmaron ayer a este diario que “ése es el esquema que le cierra al partido”.

Por eso celebraron que el acuerdo empiece a tomar forma pública (aunque el anuncio de Pérez fue absolutamente explícito para los que están en la cocina del peronismo bonaerense), incluso los dirigentes que se tenían fe para pelear la gobernación si Scioli era candidato presidencial.

“Era una obligación de Kirchner ponerse al frente y darnos el mensaje de que no sólo no nos deja en banda, sino que va a pelear la presidencia”, le dijo un alto funcionario de Scioli a Página/12.

Uno de los intendentes peronistas del Conurbano consultados por este diario agregó otro factor de beneficio con el que más tarde coincidirán varios de sus colegas: “Aunque falta bastante, estábamos un poco intranquilos al no saber si Kirchner y Scioli iban a patear para el mismo lado”.

Otro intendente señaló: “Todavía no estábamos apremiados, pero hablábamos con los muchachos (otros intendentes) que dentro de un tiempo íbamos a tener que empezar a cuidarnos para hacer equilibrio entre Kirchner y Scioli. Esto es lo mejor. Además, en lo personal, creo que Kirchner es el que más chances tiene de volver a ser presidente, aunque los medios digan otra cosa”.

Una destacada figura del PJ bonaerense ya les había confesado a sus íntimos las ganas de intentar ser gobernador en 2011 si Scioli iba por la presidencia. Pero ahora también arrió esa expectativa: “Yo tengo tiempo. Ahora prefiero esto, que Kirchner vuelva a la Rosada y Daniel siga en la gobernación”.

Testimonios que, por ahora off the record, dan cuenta de la inquietud que había sobre el tema, aunque falten dos años para las elecciones. Pero a la vez denotan cómo recuperó el entusiasmo el peronismo bonaerense después de la dura derrota electoral del 28 de junio pasado.

El día después de aquella derrota ni los más optimistas creían que hoy podían estar pensando en una postulación de Kirchner. Por aquellos días se veía a Scioli saliendo, con la venia de Kirchner, a contener a cuanto peronista pudiera ante el riesgo de que se fueran encandilados por Francisco de Narváez o Carlos Reutemann.

“La verdad que en el peronismo bonaerense a Felipe (Solá) no lo queremos y a Reutemann le desconfiamos. Por eso que Kirchner pueda dar batalla para nosotros es la mejor opción y, si no es Kirchner, que sea Scioli”, afirmó un experimentado dirigente que dice saber interpretar a la gente de su partido.

¿En qué se funda el reverdecer de la esperanza kirchnerista? Página/12 pudo recoger los factores que más se repitieron en las opiniones. Por un lado, que la voluntad política de Kirchner posibilitó un escenario impensado tras el 28 de junio, como el que hoy hace probable la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Por otra parte, los intendentes escuchan a los economistas del Gobierno que aseguran que el panorama económico mejorará sensiblemente el año que viene y eso va en línea con una muy incipiente recuperación que empiezan a percibir en sus distritos. Por último, no dejan de lado un elemento que también consideran determinante: las dificultades de la oposición para sacarle el mayor rédito posible al triunfo que obtuvieron en los principales distritos del país.

“Kirchner es inteligente y audaz, pero también tiene una suerte... ¿A qué Gobierno no le encantaría tener una oposición como ésta?”, decía uno de los consultados, quien, de todos modos, diferenciaba a la UCR de Unión-PRO. “El macrismo ganó en Capital y la provincia, pero el radicalismo, con todos sus quilombos, en la percepción de la gente aparece como el más fuerte de los dos.” Palabras de un peronista que recuperó la fe.