La investigación por la muerte del empresario Hernán González Moreno empieza una semana clave. Pese al feriado, hoy se reunirán los investigadores con el fiscal general de Corrientes, César Sotelo, para analizar los datos recogidos hasta aquí. Intentarán cotejar la información que tienen con los dos testimonios más importantes: el del director de Información Pública de la provincia, José Luis “Billy” Zampa, y el del jefe de la custodia del gobernador, Juan Geraldi. Ambos declararon el viernes –Zampa durante cinco horas– y dieron un “dato importantísimo”, sugirió, intrigante, un fiscal. Mañana seguirá la ronda de testigos. Analizan pedir una declaración escrita al gobernador Arturo Colombi.

El director de Información Pública del mandatario no se escapó, como algunos funcionarios judiciales temían la semana pasada. De acuerdo con lo que pudo saber Página/12, la declaración dejó algunos puntos oscuros. No es que haya dado datos falsos, sino que el problema que marcan los fiscales es que no pudo “precisar qué y cómo” el muerto le dijo lo que le dijo. Hasta las elecciones del domingo 4, Zampa tenía una versión sobre la muerte del empresario. Contó que era un “gran amigo”, que la noche de su muerte habían hablado por teléfono y que le había dicho que iba a suicidarse; entonces vinculó el suicidio con las presiones que González Moreno sufría por haber denunciado a Ricardo Colombi, hoy gobernador electo.

Los fiscales intentaron profundizar en esos datos. Convocaron a Zampa a una testimonial. Según las fuentes consultadas por este diario, Zampa repitió ante los fiscales la misma idea. Dijo que González Moreno estaba “amenazado”, que habló con él, que dijo desde dónde venían las presiones pero no cómo las había recibido. Para los fiscales, el dato no es menor. El “cómo” es clave para determinar el soporte a través del cual circularon las amenazas: si existió un llamado, un correo electrónico o un mensaje de texto.

Otro dato son los horarios de las llamadas. Zampa había dicho que habló con González Moreno alrededor de las 23.30 y que luego viajó más de 200 kilómetros hasta Goya para acercarse a la estancia El Rincón, donde apareció el cuerpo. El dato no es menor. Ese día, el jueves 1º de octubre, Arturo Colombi cerró el acto de final de la campaña alrededor de las 22. González Moreno no estuvo. Arturo Colombi dijo que habló con González Moreno a las 23 y luego lo habría hecho Zampa. Según los fiscales, la versión en la fiscalía es algo distinta, porque Zampa dijo que habló a las 22.30.

Mientras cotejan su declaración, la de Geraldi y la de otros tres testigos, los fiscales empezarán a cerrar la primera parte de la investigación con los datos recogidos hasta aquí. Volverán a revisar el informe del equipo forense sobre las lesiones del cuerpo del muerto; el informe de la Colt calibre 45, una pistola de comienzos del siglo de la que aún no se sabe ni el año exacto de fabricación ni quién es o era el dueño. Van a ver nuevamente las pruebas del dermatest y los informes de toxicología que deben explicar si existen rastros de alcohol, cocaína y viagra en el estómago. Y también esperan informes sobre los teléfonos.

A una semana del escándalo político, el gobernador Colombi finalmente también decidió hablar. En una entrevista con el diario local El Libertador, apuntó contra el fiscal Sotelo, el jefe de los fiscales que asegura que el Gobierno instaló y explotó políticamente la hipótesis del suicidio dos días antes del ballottage. ¿González Moreno se suicidó o lo mataron? “Tengo la versión de que se trató de un suicidio –dijo Colombi–, eso lo dice la autopsia. Lo otro es nuevamente una operación del fiscal Sotelo, que es quien agita esta versión sin esperar la instrucción del juez, sin esperar el final de las testimoniales: se trata de un operativo que se inicia en la Justicia, eso es lo que estamos viendo, se vendió otra historia que no tiene nada que ver con lo que sucedió”.