EL PAíS › MARTA MAFFEI, SECRETARIA DE CTERA

“Este es un Estado traidor”

Como docente, alerta sobre algo mucho peor que la ausencia del Estado: habla de “traición” de un Estado benefactor que ahora “beneficia a los que acumulan”. Lo que pasa en escuelas donde los chicos no se van porque hay comida, pero que no estudian, ni aprenden.

 Por Nora Veiras

Marta Maffei se apasiona cuando habla de educación. Su defensa va mucho más allá de una reivindicación salarial o gremial como secretaria general de la Federación de Trabajadores de la Educación (Ctera). Su discurso reivindica el papel estratégico de la formación de la ciudadanía que tiene la escuela y alerta sobre la miopía de la dirigencia política que, en líneas generales, se dejó ganar por una visión que relega a la educación a un dispositivo de contención social y no la prioriza como un “derecho”. En su escritorio de la luminosa nueva sede del gremio en el barrio de San Telmo, Maffei advierte que “el 20 por ciento de los maestros está por debajo de la línea de indigencia” y que la escuela tiene que recuperar “por lo menos cuatro horas de tiempo pedagógico”. Como síntoma del deterioro social señala que el problema ya no es que los chicos abandonen la escuela sino que vayan pero no estudien.
–Al analizar lo que está pasando en la escuela, usted habló de un nuevo fenómeno: deserción con inclusión, ¿qué significa?
–La gente se imagina o conoce la deserción tradicional, el chiquito que en tercero o cuarto grado después de haber repetido varias veces dejaba la escuela. En cambio, hoy encontramos un fenómeno diferente: el fracaso de los chicos adentro de la escuela es espantoso. Las diferencias son tremendas. Los exámenes estadísticos marcan que un chico medio de Capital tiene un 50 por ciento de conocimiento más que un chico medio de Formosa, Chaco, Misiones, San Juan o Jujuy, que están en una situación enorme de deterioro que no se condice con un abandono. Los chicos permanecen adentro de la escuela, sobre todo si tiene comedor escolar o hay becas. El chico va a la escuela y encuentra un espacio de afecto, de amistad, de camaradería y comprensión. Esos ratos que él pasa bien, se divierte pero no aprende, no realiza la tarea, no estudia, pero permanece adentro de la escuela, con rendimiento muy bajo y escaso, con sistemas educativos que lo van conteniendo para no desalentarlo y mostrar estadísticamente que el sistema no es tan malo con una suerte de promoción casi automática. Dentro del ciclo pasa de un grado a otro sin saber leer. Por eso decimos que la escuela tiene que recuperar por lo menos cuatro horas de tiempo pedagógico independientemente de las tareas asistenciales que realice.
–¿Cómo hace la escuela para recuperar este rol pedagógico en un proceso de deterioro social tan acentuado y progresivo?
–No es fácil. La escuela está forzada a cumplir otros roles que no son educativos. Desde sacarle los piojos a los pibes hasta llevarlos al médico, atender la desnutrición y aconsejar a la mamá. La dirección de la escuela está siempre llena de papás que van a informar que no tienen trabajo, que no saben qué hacer, que no pueden mantener a los chicos, que necesitan un certificado de que el chico va a la escuela para lograr que le den una protección contra la pobreza. Hay una situación social que, aunque los docentes quisieran, es imposible dejarla afuera porque hoy esa situación social también involucra fuertemente al docente. Nosotros tenemos el 20 por ciento de los maestros y profesores por debajo de la línea de indigencia.
–¿Esto quiere decir que ganan menos de...?
–Menos de 250 pesos. Hay ocho provincias en donde el salario inicial docente es inferior a 306 pesos de bolsillo. Chaco, Formosa, Jujuy, Corrientes, Misiones y Entre Ríos, y hasta hace poco Chubut, estaban en esa situación, además les pagan en bonos, en tickets o directamente no les pagan. A los compañeros de San Juan todavía les deben cuatro meses, a los de Formosa les deben los últimos tres aguinaldos y están pagando con un mes de atraso. Hay una situación social de deterioro por la suma del ingreso y por las formas de pago o el no pago.
–¿Qué pasa con el capital cultural de ese maestro que tiene que formar a los chicos?
–Ya los pobres no son los chicos que vienen mal alimentados sino que son tus hijos que no comieron adecuadamente. Los maestros dicen que el fondo de incentivo es la diferencia entre el arroz y la polenta. La primera semana en la dieta se incluye la leche, la fruta, carne, la segunda y la tercera semana la base son el arroz y la polenta. Si viene el fondo de incentivo, el arroz puede durar una semana más. La crisis social es para los docentes y para los hijos de los docentes porque tampoco les podés comprar los libros a los chicos y hay dificultades para el traslado, si no hay una bonificación del boleto no pueden ir. Hay docentes en San Juan que se presentaban en la escuela más próxima y decían que ahí podían cumplir horario porque si los hacían viajar no podían trabajar. Pasa lo mismo en Entre Ríos, que la empresa de transporte no acepta el Bono Federal y han estado pagando hasta el 100 por ciento en Federales. Cierto es que los docentes tienen sus materiales desde hace años y copian los libros y van teniendo sus libros pedagógicos y cuadernillos, pero la innovación en la que cada minuto aparecen cientos de nuevos textos con ideas, con la posibilidad de acceder a un sistema computarizado, conectarte con un cable y acceder a un debate está totalmente inhibida. Los docentes no tienen computadora, tienen en la escuela pero la usan como una máquina de escribir porque hasta el año pasado el 96 por ciento de las escuelas no estaban conectadas a Internet. Por ejemplo, con el tema de los alimentos transgénicos, ésta es una información que circula hace diez años en internet y en medios especializados, entonces yo me pregunto: ¿Cómo podemos hacer para que el docente acceda a ese conocimiento? Para que el maestro salga de la germinación del poroto y empiece a hablar de por qué la agricultura y la ganadería, que parecen ser los últimos reservorios de la producción de la Argentina, no tienen un enfoque adecuado en el sistema educativo. Varios compañeros dicen: tenemos que recuperar las huertas y las granjas comunitarias, tenemos que preservar lo que nuestros abuelos sabían, cómo hacer las conservas. Y todo eso tampoco se enseña, hemos olvidado que la educación tiene que abordar esto en un país que se pretende agrícola-ganadero, que es agrícola-ganadero. El hambre también tiene que ver con la imprevisión, porque cuando uno tiene verdura barata, no conocés las formas de preservar el alimento, que se sabe desde la Edad de Piedra, como los saladeros, que siguen siendo posibles. Nosotros nos criamos en la sociedad que compraba en el supermercado, y ahora tenemos que volver a una sociedad que se tiene que autoabastecer, y ese conocimiento ya no circula o lo hace precariamente.
–¿Qué hace el Estado?
–El Estado no existe como promotor de un proyecto educativo ni como generador de los espacios de consenso. Hay un sistema anárquico, que tiene algo de sistema porque se supone que hay un sistema de contralor, de evaluación, se supone que hay convenios curriculares únicos, se supone que todas las provincias están disciplinadas por el FMI y hacen un recorte presupuestario que determina el riesgo educativo en todas las jurisdicciones. Se supone que hay un Ministerio de Educación que congrega con cierta periodicidad al Consejo Federal para acordar todas estas cuestiones que tienen que ver con los títulos, las evaluaciones y demás. Un sistema hay, ahora ese sistema se les ha ido de las manos y ha generado una profunda asimetría en el país. La injusta distribución del conocimiento genera una nueva discriminación. Las personas que están adentro de la escuela tal vez comen lo mismo y tienen la misma asignación presupuestaria y el salario es el mismo, pero si la distribución del conocimiento y la sistematización de la actualización han tenido una política de continuidad, el resultado es que hay provincias que en condiciones similares tienen mayor éxito educativo o un mejor logro dentro del proceso de conocimiento. En esta sociedad llamada “del conocimiento”la distribución injusta del conocimiento se convierte en otro modo de discriminación.
–En cinco meses va a haber elecciones. ¿El tema educativo forma parte de las prioridades de los candidatos?
–Absolutamente no. Forma parte de un discurso.
–¿Este deterioro del sistema no les preocupa, lo dan por hecho, se naturalizó?
–Creo que el neoliberalismo ha sido entre, otras cosas, un proceso que desde lo cultural puso los ejes sustantivos en el economicismo. Hoy la disciplina no es que vos compres muchos productos o que produzcas en determinados enclaves, la disciplina se produce por la vía de la deuda. Políticos que nunca están demasiado preparados caen en manos de tecnócratas que están preparados siempre por los monopolios de los recursos para que desarrollen políticas económicas concretas en los territorios nacionales, los lleva a sesgar todas las otras actividades políticas alrededor del sistema económico. Entonces, ¿cuál es su noción de escuela eficiente?, una escuela que gasta poco, que tiene eficacia, que se dirige como si fuera una empresa, que tiene buen gerenciamiento, buena relación con los clientes que son los padres de los chicos, que saca un buen producto que se puede vender en el mercado. En estos términos se habla de educación, de ser humano, de valores, de ética, de arte, de música. En ciencia todos sabemos que la mirada cambia al objeto, depende de como lo abordás estás transformando el objeto. Y para ellos la educación ya no es ni siquiera un derecho sino una asistencia social. La educación se toma como espacio de contención social. La educación evita que los niños anden en la calle prematuramente, lo que evita la violencia social. Tanta es la idea de contención que cuando un chico de la provincia de Buenos Aires deja la escuela lo quieren meter en los cuarteles, porque total la escuela y los cuarteles son equivalentes. Pero el proceso de conocimiento como instrumento para salir de los procesos de dominación no tiene ninguna importancia. En las discusiones que hemos tenido con el Banco Mundial ellos plantean que es un error de parte nuestra el elevar el nivel educativo y el plantear que como país necesitamos una masa crítica bien educada porque nos dicen: ustedes no tienen un proyecto de país y no tienen un modelo de desarrollo tecnológico y científico...
–Usted habla de un Estado ausente...
–Yo no digo ausente, ni siquiera creo en la teoría del Estado desertor, el Estado que en nuestro país fue un Estado benefactor lo sigue siendo, cambió el signo del beneficiario. Está organizado para planificar estrategias de acumulación de determinados grupos económicos. No es desertor, desertor es el que se va, pero el que se pasa al enemigo no es un desertor sino un traidor. Este es un Estado traidor.

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