EL PAíS › UNA ENCUESTA SOBRE EL HAMBRE EN EL GRAN BUENOS AIRES
¿Cómo hacen para poder comer?
Uno de cada cinco encuestados dijo que no le alcanza para comer. La siguiente pregunta fue ¿cómo se las arreglan?
Por Raúl Kollmann
A dos de cada diez personas que viven en el conurbano bonaerense no les alcanzan sus ingresos para comprar los alimentos que necesitan y una proporción similar (24 por ciento), a veces tiene dificultades para comprar los alimentos. Esto significa que casi la mitad de los habitantes del Gran Buenos Aires vive una situación angustiante para comer. Preguntados cómo hacen para alimentarse, uno de cada tres dijo recibir ayuda de familiares, otra franja compra menos comida o sólo come cosas de muy bajo precio, y otros directamente aguantan o suspenden una comida diaria.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Vox Pópuli de Estudios Sociales y Electorales que conduce la licenciada Gabriela Dorrego. En total se encuestaron a 800 personas en los distintos distritos del conurbano, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. El trabajo se terminó de procesar el viernes.
La primera pregunta apuntaba a saber si sus ingresos les alcanzan para vivir. El síntoma claro de la crisis está en las respuestas: nada menos que el 76 por ciento de los consultados dijo que con el dinero que ingresa en su familia no alcanza. Sin embargo, la consultora Vox Pópuli intentó precisar aún más la difícil situación del Gran Buenos Aires. Por ello hubo una segunda pregunta: ¿Le alcanzan sus ingresos para comprar los alimentos que necesita su familia? Más de la mitad dijo que efectivamente a su casa entra el dinero para comprar la comida, pero ello indica que la otra mitad de los bonaerenses está en dificultades para comer. Se trata de una proporción altísima. Aquí la consultora que lidera Gabriela Dorrego trató de hacer una distinción:
- Hay un 20 por ciento que dijo directamente que la plata no le alcanza para comprar los alimentos necesarios para su familia.
- Otro 24 por ciento contestó que a veces les alcanza y a veces no.
Para profundizar sobre la situación de los más sumergidos, Vox Pópuli trató de establecer cómo hacen para comer quienes sostienen que no les alcanza para comprar los alimentos. Los datos son esclarecedores:
- El 29.4 por ciento dijo que recibe ayuda de familiares, en especial de hijos o padres. Pero también hay respaldo de suegros, hermanos y otros familiares. Esto demuestra que se han hecho habituales los pocos pesos e incluso los alimentos que una parte de la familia le compra a la otra. Es casi obvio que son muy pocos los jubilados que tienen suficiente para comprarse la comida, por ello el apoyo familiar es decisivo.
- Casi un seis por ciento contestó que va a comer a la iglesia o a un comedor de la zona. Esto no incluye a los chicos que comen en las escuelas. El porcentaje indicaría que unas 100.000 personas se alimentan en comedores de iglesias o comedores sociales.
- Hay un 13 por ciento que dice que no le alcanza para comer y que además de su ingreso principal, busca changas o vende en la calle.
- Hay un 11 por ciento que dice que la única alternativa que le quedó es comer menos, saltearse comidas, hacerle saltear comidas a su familia. “Comemos una sola vez por día”, fue la respuesta más habitual.
- Hay un 10 por ciento que reconoce que consigue fiado, o sea que vive endeudado y de esa manera irregular va comiendo.
- Pese a la extensión de los planes de jefes y jefas de hogar, aparecieron pocos encuestados diciendo que compran alimentos con ese dinero. El porcentaje es llamativo ya que es en este territorio en el que debería sentirse fuerte la ayuda oficial. Por lo que parece, la ayuda no llega.