EL PAíS › ACTO DE ADOLFO RODRIGUEZ SAA CON SUS JUBILADOS
Sonrisas para los viejitos
Por Martín Piqué
El grito estridente llegó desde el balcón de la popular del estadio Obras Sanitarias. “Queremos que suban la jubilación, porque apenas nos alcanza para comer. Y por favor arreglen el PAMI”, vociferó una anciana que, colgada de la baranda, trataba de hablar y hacer equilibrio al mismo tiempo. Adolfo Rodríguez Saá, entonces, interrumpió su discurso con una sonrisa –una mueca indeleble que es su marca registrada–, esperó que la mujer callara y lanzó una arenga nacionalista, que terminó con un eslogan: “Basta de recetas extranjeras”, gritó desde el escenario de Obras, donde ayer habló ante unos dos mil jubilados que lo vivaron a su modo.
El encuentro había sido convocado por el movimiento nacional y popular con el título “foro de los grandes”. Los jubilados habían llegado en micros alquilados y ómnibus fuera de línea. Se veían banderas de San Martín, Ezeiza, Punta Chica. Muchos de los asistentes habían arribado desde San Isidro –la patria chica de Melchor Posse, la otra estrella de la tarde–, San Miguel, Ituzaingó, Merlo y otras localidades del Conurbano. La multitud deliberó durante tres horas, hasta que, a las seis, Rodríguez Saá hizo un discurso de diez minutos y cerró el encuentro.
“Tenemos que implementar un plan de emergencia para combatir el problema del hambre y la miseria”, aseguró desde el palco. Como la viejita del balcón, ya lo habían interrumpido varias veces. Eran pedidos de ayuda casi desesperados, como “queremos trabajo para los jóvenes” o, directamente, “no nos alcanza para comer”. El puntano primero escuchó, y después aprovechó para prometer que, si gana las elecciones, restituirá el recorte del 13 por ciento que afecta a estatales y jubilados. “Les vamos a restituir los derechos a los jubilados. Y les vamos a restituir el 13 por ciento que les pertenece”, prometió.
Su promesa podría quedar archivada, porque el Gobierno convocó ayer a sesiones extraordinarias durante diciembre, para que el Congreso trate, entre otros temas, la restitución del recorte a empleados públicos y jubilados (ver aparte). De cualquier forma, Rodríguez Saá aprovechó su discurso ante los jubilados para explicar su programa de gobierno, resumido en un documento de quince puntos que se titula “Bases para refundar la Argentina”. “Aumentaremos los salarios para que recuperen los valores que tenían antes de la devaluación”, aseguró entre tímidos y fatigados aplausos de la concurrencia.
Después de hablar ante los jubilados, Rodríguez Saá se retiró con sus acompañantes –Posse, Enrique Rodríguez, Luis Lusquiños, Jorge Rachid, María Angélica Torrontegui y su vocero Gustavo Valenzuela–, aunque se tomó un tiempo para dialogar con los periodistas. Escoltado por sus custodios, elogió el “Operativo Rescate”, que inició el Gobierno en Tucumán, a través de la coordinadora de Políticas Sociales, Chiche Duhalde: “Es (una idea) muy buena”, opinó. También aprovechó la ocasión para criticar a Carlos Menem, por su propuesta de sacar a la calle al Ejército para combatir el delito y la inseguridad.
Una vez que el candidato se retiró, los jubilados se quedaron observando un show musical y la coreografía de un grupo de jóvenes. Esta vez no estuvo el grupo Menta, que popularizó la increíble canción de campaña. El cansancio se notaba en las caras, mientras los pensionados se retiraban por la avenida Libertador, cada uno con una bolsita de bizcochitos de grasa y un paquete de yerba. Algunas señoras estaban contentas porque habían visto de cerca a Rodríguez Saá, que ordenó instalar una mesa de espaldas al palco, sobre el piso, para estar más cerca de la gente. El puntano quiso prolongar el romance: “En cada jubilado veo el rostro de mi madre de 84 años que va ilusionada al banco y hace esas colas eternas aunque llueva, haga calor o haya viento”, confió.