ESPECTáCULOS › “LIFE AND DEBT”, UN FILM DE STEPHANIE BLACK
El reggae del Fondo Monetario
Por Mariano Blejman
La realizadora Stephanie Black se define como una ciudadana estadounidense media, que no tenía idea de la existencia del FMI y el Banco Mundial hasta que viajó a Jamaica. Allí se enteró de que las políticas de estas instituciones –“supuestamente internacionales”, dice– estaban haciendo estragos en la economía local, mientras el resto de los turistas vivían la vida loca en una isla paradisíaca sin enterarse de lo que sucedía en derredor. Y así fue como se decidió a filmar Life & Debt (La vida y la deuda). “Mi intención es mostrarle al público estadounidense, que mayoritariamente no conoce la existencia del FMI, cuál es su accionar y qué provoca en los países en vías de desarrollo”, explica la neoyorquina, en una entrevista con Página/12.
Black trabajó durante tres años en soporte fílmico para obtener testimonios de los trabajadores jamaiquinos, acceso a las fábricas de “zonas liberadas” (que utilizaban mano de obra local y productos estadounidenses), y juntó testimonios de altos ejecutivos del FMI que se desnudan frente a cámara, ante la evidencia de contradicciones con lo que se ve. El documental se pudo ver en abril en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Sin embargo, Stephanie Black nunca había venido a la Argentina. “A pesar de las inmensas diferencias culturales, políticas y religiosas de Jamaica con la Argentina, mucha gente va a encontrar similitudes con lo que sucedió en este país”, dice Black. Life & Debt está en la competición oficial del Festival DerHumALC (www.derhumalc.org.ar) y se verá esta noche a las 20, en el Cosmos.
–¿Cómo recibió su película el público estadounidense?
–Los estadounidenses no entienden el problema. Recién a partir de las protestas de Seattle, hace un par de años, comenzaron a enterarse de que se trataba de un problema para el resto de los países. Recién en diciembre del año pasado, con el caso de la Argentina, The New York Times culpó al FMI de los problemas de este país. Eso no había sucedido nunca antes. La gente en Estados Unidos cree que el FMI es como la Cruz Roja, es un organismo que no tiene transparencia. Pero no conocen mucho más de las peleas callejeras, tumultos y represiones que los medios locales televisan en el resto del mundo.
–¿Qué quiere decir con que no tienen transparencia?
–No puedo hablar en general porque sólo seguí a fondo el tema de Jamaica. Pero estoy segura de que el FMI es una nueva forma de colonialismo, escondida. El problema es que los funcionarios creen sinceramente que están haciendo un camino correcto. Y eso es lo más increíble.
–¿Cómo consiguió las entrevistas con los directivos del FMI?
–Yo trabajo en Cartoon Network y en otras cadenas comerciales, así que cuando pedían referencias mías les enviaba los datos de esas cadenas.
–¿Dónde se vio la película?
–Se ha visto en unas 50 ciudades de Estados Unidos y en la televisión abierta la vieron unos 6 millones de personas. Calculo que en total deben haberla visto 7 millones de personas. Espero que esto produzca un cambio interno, aunque no creo que suceda rápidamente. Suele suceder que la gente espere una respuesta, una propuesta sobre qué debe hacerse. Y eso yo no lo puedo decir. Soy simplemente una cineasta.
–Los países del Tercer Mundo dependen del consenso del pueblo estadounidense.
–Para eso hice esta película. Para cambiar la percepción del pueblo norteamericano sobre lo que sucede aquí, o en otros países del tercer mundo. Yo misma viví muchos años sin saber absolutamente nada de lo que hacían estos organismos fuera del país. Incluso hoy muchos amigos míos no tienen idea de lo que pasa. Cuando fui a los archivos del New York Times busqué sobre el FMI y encontré un puñado de artículos que entraban en una carpetita. Mientras estuve en Jamaica, con leer una sola semana de diarios tenía el triple de información que en Estados Unidos.
–Pero, ¿qué pasaría si la Argentina no pagase?
–No sé, nunca pasó algo así. Pero el FMI tiene suficiente dinero como para solventar la quiebra de todos los países deudores. La Argentina tiene una cultura muy rica. No puedo creer que aquí haya habido un efecto tan devastador. Pero creo que sería fantástico que la Argentina no pagara, no arreglara con el FMI. Sería un signo de salud que podría ser catalizado por otros países.