EL PAíS › DEBE Y HABER DEL OPERATIVO RESCATE
“Una vieja tragedia en un escenario iluminado”
El Gobierno decidirá mañana cómo sigue en Tucumán su intervención sanitaria y social, qué dejará allí cuando se retire y a cuántos distritos más extenderá su blitzkrieg. Tucumán, mejor que el conurbano y otras provincias del NOA. La razones para mantener a Miranda. Los datos.
Por Sergio Moreno
“Esta es una vieja tragedia que se repite en un escenario iluminado.” El importante hombre del gabinete que esto dijo a Página/12 marcaba los renglones de una estadística nacional sobre mortandad infantil. “Tucumán no está peor que el conurbano; en Formosa, Corrientes, Chaco y Misiones los indicadores son peores”, relató el funcionario, que conoce largamente del asunto, y formó parte del tour “Apocalypse Now” que acompañó a Chiche Duhalde. El convoy de acción social regresó el jueves pasado de lo que fuera el “Jardín de la República”; ahora el Gobierno debate cuánto tiempo más lo prolongará, qué dejarán allí, y a qué otros territorios extenderá el Operativo Rescate. “No seguir es imposible; seguir de esta manera también”, lapidó el funcionario consultado.
Estas cuestiones y la evaluación del resabio de la invasión a Tucumán se discutirán mañana, en la Rosada, en una reunión donde estará todo el gabinete social (Nélida “Chichí” Doga, de Acción Social, Ginés González García, de Salud, Graciela Camaño, de Trabajo, Graciela Giannettasio, de Educación y el secretario general de la Presidencia y canciller de la intervención sanitaria, José Pampuro), más el Presidente y la primera dama.
La indefinición sobre qué hacer de ahora en más fue la marca de origen de este operativo. La luz que “iluminó el escenario” del que se hablaba en la apertura de esta nota no es otro que el spot que puso el periodismo sobre un mal endémico en la Argentina, la mortalidad infantil –y entre sus causas, la desnutrición– que, es justo decirlo, descendió drásticamente entre 1990 y 2000: en ese período bajó del 26 por mil en el ‘90, al 17,6 por mil en 2000. “En 2001 y este año los números volvieron a repuntar, pero por ahora no es una tendencia y el crecimiento es mínimo”, relató un especialista del Gobierno a este diario, que extrajo los datos de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud.
Hilda Duhalde voló hacia la luz, como la mariposa. “Chiche” armó el despliegue a su estilo (“como una topadora”, dicen en el gabinete) y su marido –preocupado por la relación con los gobernadores– atinó a nombrar a un incondicional como Pampuro al frente del operativo. El secretario general se esforzó por darle forma a la blitz que armaba el Gobierno pero no todo estaba bajo control ni aun antes de subirse al avión que lo iba a trasladar a Tucumán.
La noche anterior a que eso ocurriese, Pampuro convocó al ministro de Salud –que se reponía de una operación de vesícula– para que se sume a la tenida. González García aceptó. Una vez en el avión, habida cuenta de lo intempestivo de su incorporación, le preguntó al secretario general:
–Pepe, ¿vos sabés lo que vamos a hacer?
–No tengo la menor idea –respondió Pampuro, dueño de una honestidad brutal.
Así llegó la task force a la provincia administrada –por poner alguna palabra– por Julio Miranda. Chiche se lanzó a caminar desde la capital provincial hasta los pueblos más olvidados del territorio. Sufrió más de un sofocón ante la demanda de la gente e incluso, junto a toda la comitiva, debió sortear un episodio que en el gobierno nacional calificaron como una “operación del menemismo”. “Lanzaron la versión que Chiche traía alimentos. ‘Siganlá que les da’, corrían la voz. Así produjeron que la gente se fuera encima de un camión sanitario creyendo que tenía comida. Por suerte no pasó a mayores”, relató a este diario un miembro de la comitiva.
Los pedidos de los tucumanos fueron avasalladores. El ministro de Salud reflexionó ante la primera dama: “La demanda es infinita, no se puede responder a todo. Hay que dar una respuesta institucional. Si no, nos transformamos en agitadores”, apuntó González García.
La vida y la muerte
“En términos sanitarios, Tucumán no está peor que el conurbano. Pero en el conurbano hay un nivel de organización que impide que la mortalidad infantil llegue a los extremos de esta provincia”, dijo a Página/12 un ejecutor del Operativo Rescate. Parte de la descripción que el funcionario hizo sobre las condiciones que encontraron en la provincia es la siguiente:
- El norte y el oeste de la provincia están mejor que el resto. Allí la red de atención primaria se hizo bien. El sur y las zonas linderas a los centros urbanos están muy mal. Paradójicamente, hay 300 centros de salud esparcidos por estas áreas.
- El 75 por ciento de los chicos tucumanos necesita leche. El Plan Materno Infantil mandó leche fortificada con hierro, zinc, ácido fólico y vitamina C para los chicos y mujeres embarazadas, dando 100 por ciento de cobertura. “La provisión está garantizada para todo el 2003”, dijo la fuente.
- La leche llegó a hospitales y centros de salud de toda la provincia. Pero en estos últimos se cobraba un peso de bono contribución, una cifra inalcanzable para quien no puede cubrir sus necesidades básicas. Así, se quedaron sin leche ni atención. “La contribución de un peso viene de la época de (el dictador Antonio) Bussi y era bien perversa: con esa guita se le pagaba a los empleados, que se mataban para cobrar cada peso. La provincia eliminó esa norma el miércoles pasado”, contó el funcionario.
- Efectivamente, algunos punteros cometieron irregularidades con la entrega de bolsones.
- En muchos casos de chicos muertos por desnutrición, o casos de grado 2º o 3º, la falta de alimentos es ancestral: los propios padres están malnutridos y desconectados de las redes sociales. “Están fuera de la civilización”, comentó el confidente.
- “La peor tragedia son las madres-niñas –relató la misma fuente–. ¿Cuántos años tienen? ¿12, 15, 17? No se sabe. Todas son flaquitas, chiquititas. Es desgarrador verlas.”
La política
–¿Cuando lleguemos vamos a visitar a Miranda o no? –le preguntó en el avión de ida González García a Pampuro.
–No sé –respondió el enviado del Presidente.
–Entonces vamos a convertirnos en los verdugos de Miranda –reflexionó el ministro de Salud.
El gobernador tucumano anunció anteayer que adelantará las elecciones. Se va a ir antes de tiempo por las suyas, gracias a un acuerdo al que arribó con Pampuro. La desidia e ineficiencia de su gestión –y las dudas que la sociedad tiene legítimamente sobre su honestidad– lo subieron al patíbulo. Su sobrevida responde a que el gobierno nacional decidió no intervenir la provincia. Los motivos son económicos y políticos.
Económicos: un interventor es un funcionario designado por el gobierno federal que llega al distrito en cuestión con un container de dinero para repartir. “Guita no hay, así que tampoco hay intervención”, suele decir el ministro del Interior, Jorge Matzkin, ante cada provincia que entró en turbulencias. Basta recordar San Juan, Entre Ríos, ahora Tucumán.
Políticos: Miranda aporta una cifra importante de congresales nacionales del PJ, tributarios de las estrategias de Duhalde. Viejo duhaldista, su faena mayor fue cuando su par salteño, Juan Carlos Romero, decidió acompañar en la fórmula a Carlos Menem. Romero le había dicho al riojano que atraería con él a algunas provincias del NOA a las mesnadas del menemismo. Pero nadie lo siguió. La tarea para impedir que ello ocurra cayó en manos de Miranda y del gobernador jujeño, Eduardo Fellner. Además, los gobernadores de la región (grupo formado, además de los nombrados, por el formoseño Gildo Insfrán y el misionero Carlos Rovira) siguen con atención el desempeño del gobierno nacional en territorio tucumano, respirándole en la nuca al Presidente. “Todos, hasta Romero, llamaron aMiranda cuando estábamos en Tucumán para brindarle su solidaridad”, reveló a este diario un importante miembro del gabinete y de la blitz sanitaria.
Para su intranquilidad –vaya uno a saber si es de conciencia–, estos gobernadores administran distritos cuyos índices de mortalidad infantil superan a los de Tucumán: el índice de esta provincia era en 2000 del 22,4 por mil, el de Formosa era del 23 por mil; Jujuy del 23,1 por mil; Misiones del 22,2 por mil (el record lo tiene Corrientes, provincia gobernada por la UCR: 30,4 por mil).
Nada hará que Duhalde genere alguna borrasca en este grupo de condottieri que siempre tiene el poder de extorsionarlo, amenazando con pasarse hacia las oscuros dominios del riojano más odiado en la Rosada.
Qué hacer
“La mortalidad infantil evitable o reducible es de alrededor del 60 por ciento. En todas las jurisdicciones, por lo menos una de cada dos muertes podrían ser reducibles.” La frase forma parte de un informe “confidencial” que el ministro de Salud hizo llegar a Duhalde.
Mañana, en la reunión de gabinete social, debatirán qué hacer en Tucumán y en otras provincias –el operativo se realizará en Corrientes y el radical Angel Rozas ya le pidió a Duhalde que lo repitan en Chaco–. González García propondrá crear la figura del monitor social, para lo que cuenta con estudiantes de sexto año de Medicina de la Universidad de Tucumán, que adoptarán a un chico cada uno, como si fueran sus tutores, además de repartir cargamentos de medicamentos, vacunas y leche fortificada. En las oficinas de Pampuro se analiza la exhumación del Plan Solidaridad, creado en su momento por Graciela Fernández Meijide, y nunca implementado. Chiche, por su parte, dejó trascender que le gustaría crear en Tucumán una red como la de las manzaneras bonaerenses.
Al cierre de esta nota, el Gobierno estaba en tinieblas sobre cómo seguir su megaoperativo. La luz aún sigue encendida sobre el escenario.