Los caciques del peronismo disidente están en pleno conflicto por la definición de su candidatura presidencial. Desde el duhaldismo impulsan la idea de que la fórmula surja de un acuerdo entre el ex presidente, el santafesino Carlos Reutemann, el salteño Juan Carlos Romero, los hermanos Rodríguez Saá y los bonaerenses Francisco de Narváez y Felipe Solá. Sin embargo, ayer Solá salió a reclamar públicamente que se dirima el liderazgo del PJ disidente en una interna abierta. “Por supuesto que el peronismo federal puede dilucidar su candidato en una interna. De ninguna manera lo vamos a hacer en una mesa de consenso”, aseguró ayer Solá, quien dijo que “con gusto” competiría contra Duhalde.

La foto que se sacaron en el despacho del senador Romero hace unas semanas sentó las bases de la unidad del peronismo federal, pero dejó sin resolver cuestiones clave como si competirán por dentro o por fuera del Partido Justicialista o si las candidaturas se definirán en la primaria abierta prevista para agosto del año próximo o en una negociación a puertas cerradas. “Si me toca disputar con Duhalde, lo haría con gusto. Creo que represento claramente una cosa diferente que Duhalde, distinta en el tiempo, en las generaciones, en la gente con la que nos rodeamos, en cómo vemos cuestiones centrales como la de los derechos humanos”, aseguró Solá ayer.

La batalla del ex gobernador contra Duhalde tiene un objetivo claro. En aquella mesa chica de negociación, el diputado se quedaría afuera de la pelea por la presidencia mientras que, según sus cálculos, Solá estima que podría derrotar al ex senador en una interna abierta. “Esto no se va a resolver en una mesa, entre bambalinas. Se va a resolver en una interna en la que votará mucha gente peronista y otros que no lo son”, enfatizó ayer Solá. Además, la estrategia del peronista disidente consiste en polarizar con Duhalde y dejar de lado otros candidatos ya lanzados, como el chubutense Mario Das Neves –quien no formó parte de la cumbre realizada en el despacho de Romero– y los que están en duda como Reutemann, Alberto Rodríguez Saá o De Narváez.

El otro tema en discusión es la posibilidad de que los disidentes vayan por dentro de la estructura del PJ, algo que hasta ahora sólo propone el empresario colombiano. La victoria de De Narváez en la legislativa de 2009, contra Néstor Kirchner y Daniel Scioli juntos, afianzó la idea de que puede ganarle la primaria en 2011, dejándole el camino más liberado para la gobernación. Pero la postura del diputado colombiano no es acompañada por otros referentes que temen quedar fuera de carrera si pierden la interna con Kirchner. Desde el oficialismo desafían a los disidentes a jugar adentro del PJ, lo que los disidentes desestiman con denuncias de irregularidades en el proceso electoral.

Solá es partidario de que el peronismo antikirchnerista “de ninguna manera” participe en una interna en la estructura partidaria dominada por el kirchnerismo, porque “el PJ ya perdió muchas veces cuando quiso apelar al escudito” y “el problema no es el escudito, porque la gente vota a personas y proyectos”.

Mientras tanto, hasta que no esté reglamentada la reforma política aprobada el año pasado, que incidirá directamente sobre las reglas electorales, no se pueden resolver de manera segura las alianzas y la forma de elección de sus postulantes (ver página 6).