Martes, 22 de junio de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › UNA PSICóLOGA EXPLICA LOS RESULTADOS DE LA INTERVENCIóN EN ROSARIO DE LA FRONTERA
La titular de la Mesa de Gestión que trabaja en la ciudad salteña donde ocurrió una seguidilla de suicidios adolescentes advierte que ya se encuentran “signos saludables” en la comunidad. Aunque dice que se mantiene “un alto nivel de alerta”.
Por Pedro Lipcovich
Mientras empieza a decantarse la polvareda sensacionalista alrededor de los casos de suicidio adolescente en Rosario de la Frontera, se pone en relieve la cuestión de fondo: la adolescencia es la franja de edad más afectada por el suicidio, en el mundo y en la Argentina. Página/12 dialogó con la titular de la Mesa de Gestión que trabaja con la comunidad afectada en aquella localidad salteña. El organismo se llamó hasta la semana pasada Comité de Crisis, y el cambio de nombre responde a la evaluación de que el momento más difícil ha pasado, ya que la comunidad superó la inicial parálisis ante los suicidios de tres chicas de entre 13 y 14 años. Esta intervención se inscribe en un trabajo que la Secretaría de Salud Mental de Salta viene haciendo con las autoridades sanitarias nacionales: el eje es alertar a las personas en vínculo con adolescentes –padres, maestros, pares– para que puedan detectar a tiempo las crisis personales que, sin ayuda, pueden propiciar el pasaje al acto suicida. Entretanto, ayer se mató otro chico en una zona rural salteña (hubo también, como todos los días, decenas de otros casos que el periodismo no registra).
“Hemos pasado a llamar Mesa de Gestión a nuestro organismo, y no ya Comité de Crisis, porque, en los últimos días, la comunidad con la que trabajamos ya vino organizándose y estableciendo formas de contención. Por supuesto, hay un alto nivel de alerta: situaciones que antes eran cotidianas son vistas ahora como riesgosas, los padres se alarman en cuanto el adolescente tarda más de lo previsto en volver a la casa. Esto es previsible en una comunidad donde hubo jóvenes que murieron. Pero no existe ya la parálisis que se advertía en un primer momento y encontramos signos saludables”, contó la psicóloga Claudia Román Ru, secretaria de Salud Mental de Salta y a cargo de la Mesa de Gestión que se formó en Rosario de la Frontera, y subrayó que “la comunidad es el sujeto de estos cambios: la ‘Marcha por la Vida’ del viernes, por ejemplo, fue organizada por los chicos”.
La Mesa está integrada por “maestros, agentes sanitarios y distintos referentes comunitarios: el comisario, el párroco, ONG que actúan en la zona”, precisó la psicóloga. En abril, se suicidó una alumna de la Escuela de Comercio de Rosario de la Frontera, y en junio otras dos chicas, vinculadas con ella, se vieron llevadas al mismo acto. Respecto de estos casos, la titular de la Mesa de Gestión (sin dar precisiones que comprometerían el secreto profesional) señaló que “el hecho de que un o una adolescente tome una actitud extrema genera una situación de crisis en sus pares, y pueden darse situaciones de identificación, en tanto no registren que pueden serle fieles al compañero desaparecido sin seguir su mismo camino”.
En cuanto a la versión que vinculaba esas muertes con juegos por Internet, “en ningún momento vimos que Internet fuese factor causal en este caso, sin perjuicio del hecho de que, en general, la red puede exponer a jóvenes a situaciones de riesgo”, aclaró Claudia Román Ru. También este mes se suicidó un alumno de otra escuela en Rosario de la Frontera, sin relación con los casos anteriores: “En el caso de ese varoncito había otra situación familiar y emocional referible a su crisis”, señaló la psicóloga. Ayer se mató un chico en El Naranjo, paraje rural de la zona, en relación con una crisis sentimental (ver recuadro). Todos tienen entre 13 y 14 años y el método que utilizaron, el ahorcamiento, “es frecuente en suicidios adolescentes”, observó Román Ru.
La secretaria de Salud Mental salteña explicó que “desde el año pasado venimos haciendo campañas de concientización y capacitación en distintas localidades: hacemos jornadas con maestros, padres, referentes institucionales, para que puedan operar como agentes preventivos: se trata de que sepan detectar la situación de crisis en un adolescente. Se favorece el trabajo en red, y esta red también debe incluir a los jóvenes, que pueden ser importantes agentes preventivos en relación con sus pares. El propósito es que, ante una persona en crisis, pueda haber alguien de entre sus vínculos en condiciones de ver, escuchar, estar alerta y hacer una primera contención, lo cual también posibilitará, si es necesario, otras intervenciones profesionales”.
–Las crisis vitales, el sufrimiento personal, siempre existen. Lo importante es que, si circunstancialmente el sujeto no cuenta con recursos suficientes para afrontar la crisis, no se quede solo, sino que, aunque no vea por el momento la salida, pueda sostenerse en otro hasta que pueda verla. Trabajamos mucho con la metáfora de la “visión en túnel”: aunque, por la angustia, el panorama se presente estrecho, se puede vislumbrar o suponer en el fondo una lucecita. Y es necesaria la red comunitaria para que pueda intervenir el referente afectivo más próximo a la persona: los padres, otros familiares, un educador, un par.
La psicóloga recordó que “en el mundo se suicidan seis millones de personas cada año, y la OMS prevé que esta cifra se acreciente un 50 por ciento para 2020. El suicidio es la tercera causa de muerte entre los 15 y los 44, y el grupo más afectado es el de los adolescentes”.
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