EL PAíS › LA ESTRATEGIA DEL OFICIALISMO ANTE LOS AVANCES DE LA OPOSICIóN EN EL CONGRESO

La pelea que viene en el Senado

Tras la aprobación en Diputados de proyectos opositores, el kirchnerismo se prepara para enfrentarlos desde la Cámara alta, haciendo eje en el trabajo en comisiones y dialogando con los senadores que no se alinean con la UCR y el PJ disidente.

 Por Sebastian Abrevaya

Durante la primera mitad del año, el oficialismo logró resistir airoso el nuevo reparto de poder que se generó en el Parlamento tras la elección de 2009. Sin embargo, esa resistencia empieza a mostrar grietas que generarán más de un conflicto de cara a los próximos seis meses. La obtención por parte del Grupo A de triunfos clave en Diputados en votaciones como la reforma del Consejo de la Magistratura, la eliminación de los “superpoderes” y el dictamen sobre el 82 por ciento móvil para las jubilaciones, despertaron un alerta en la Cámara alta, que además de las iniciativas de Diputados tiene que lidiar con los propios avances que los opositores vienen consiguiendo lentamente, como el dictamen de normalización del Indec. “Tenemos que aguantar hasta noviembre de este año”, aseguró un importante operador K del Senado. Luego vendrá el receso de verano y en 2011, con la primaria abierta y la elección general, el oficialismo espera que cambie el centro de la escena política y baje la presión anti K.

Las espadas oficialistas en el Senado vienen advirtiendo a la Casa Rosada sobre el avance de la oposición en el Congreso. La semana pasada, altas fuentes del Senado dividían la embestida opositora en dos grupos. Por un lado, los proyectos que tienen fuerte impacto fiscal para el Poder Ejecutivo, como el aumento de las jubilaciones, la coparticipación del impuesto al cheque o el reparto de excedentes de los Aportes del Tesoro Nacional. Por el otro, la agenda “institucional” de la oposición, que incluye reformas al Consejo de la Magistratura, al Indec o a la regulación de los decretos de necesidad y urgencia.

La última semana, los máximos dirigentes de la oposición en el Congreso se reunieron para coordinar y ajustar detalles del funcionamiento parlamentario, que hasta ahora venía dando pocos resultados. Ese encuentro se repetirá mañana al mediodía y está previsto que se convoque una vez por mes. Los opositores saben que tienen que aprovechar la segunda mitad del año para revertir la mala imagen que cosecharon los legisladores después de prometer una serie de reformas durante la campaña electoral.

“Hay que ver caso por caso, el escenario es complejo”, sintetizaba uno de los hombres encargados de diseñar la estrategia oficialista en el Senado. Como regla general, el oficialismo dará “cada batalla hasta el final”, aunque su fuerza está debilitada para este nuevo marco. La senadora formoseña Adriana Bortolozzi, que saltó a la fama por haber desertado del bloque oficialista y permitido que la oposición alcanzara el quórum propio, es considerada ahora como “irrecuperable” en la bancada que conduce Miguel Pichetto.

De esta manera, el Frente para la Victoria cuenta ahora con 31 votos propios y tres aliados. Con ese número depende de la presencia opositora en el recinto y, si hay asistencia perfecta, no estaría en condiciones de ganar una votación. Además, en el caso de tratar en el recinto el proyecto del 82 por ciento móvil para los jubilados, el oficialismo estima que los dos senadores del ARI de Tierra del Fuego, María Rosa Díaz y José Martínez, votarían a favor dado su origen sindical de ATE.

El eje de la estrategia kirchnerista estará depositada en el trabajo en las comisiones y una vez superado ese paso en las conversaciones con un grupo de senadores que no se definen como parte de la oposición más acérrima, encarnada por la UCR y el PJ disidente. Se trata del senador pampeano Carlos Verna y su comprovinciana María Higonet, de la chubutense Graciela Di Perna, la rionegrina María José Bongiorno y la santafesina Roxana Latorre.

En ese contexto, en la Cámara alta piensan que la Presidenta, Cristina Fernández, deberá aceptar el resultado adverso en alguno de los casos vinculados con la agenda institucional y utilizar el veto en las leyes que impacten sobre los recursos del Estado. “El año que viene es un año especial porque los partidos políticos van a tener mucho trabajo interno. De todas maneras, si ven que se consolidan en el Congreso, lo van a usar como escenario porque impacta electoralmente”, relató un senador del FpV. Después de la sesión del 14, que tratará casi exclusivamente el matrimonio homosexual, habrá un breve receso de invierno y entonces sí vendrán tres y cuatro meses de un duro enfrentamiento entre oficialistas y opositores.

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“Tenemos que aguantar hasta noviembre”, dicen los operadores K.
 
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