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La Facultad de Filosofía y Letras (UBA) recuperó su actividad normal, después de una toma estudiantil que duró 31 días. El acuerdo entre autoridades y alumnos se formalizó con la aprobación de una resolución del consejo directivo, donde se fijaron dos puntos. Uno, reprogramar los turnos de exámenes perdidos. Y dos, “establecer el compromiso de iniciar todas las acciones necesarias para construir un nuevo edificio en el predio que ocupa hoy día el estacionamiento”.

Los alumnos habían suspendido provisoriamente la toma el viernes pasado, como exigían las autoridades, para que se hiciera la sesión extraordinaria del consejo. Y la levantaron de manera definitiva el martes a la noche, en una asamblea realizada después de la aprobación de la resolución.

La disposición votada por unanimidad comienza encomendando “la reprogramación del turno de exámenes correspondiente a septiembre”. Luego se dedica al reclamo central que motivó la protesta estudiantil: la situación edilicia de la facultad. La propuesta es desarrollar un proyecto y buscar fondos públicos para financiar la construcción de un nuevo edificio en el predio lindante al actual, sobre la calle José Bonifacio 1347. De ello se ocupará una comisión integrada por profesores, alumnos, graduados y no docentes. “La comisión deberá tener en cuenta el compromiso de que el futuro edificio no será destinado a la realización de actividades aranceladas –establece la resolución–, priorizando la gratuidad de las actividades académicas en todos sus niveles.”

Las autoridades de Filo, encabezadas por el decano Hugo Trinchero, consideraron que el conflicto había sido “inédito y lamentable” y ratificaron “su compromiso con la universidad pública, gratuita y de excelencia”. Entre los alumnos, el vicepresidente del centro, Juan Oribe (PTS), evaluó el acuerdo como “un avance para el conjunto del movimiento estudiantil, que viene protagonizando una gran lucha en defensa de la educación pública”.