El juez Norberto Oyarbide, que instruye la causa del espionaje ilegal, convocó para la semana que viene a ocho testigos: cuatro tienen que ver con el Ministerio de Educación porteño y cuatro con la Policía Metropolitana. A todos les hará prácticamente la misma pregunta: ¿qué hacía en esos lugares el espía Ciro James?

Por ejemplo, hay dos filmaciones, aportadas por el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, en las que se ve a James entrando al edificio donde ya funcionaba la Metropolitana. Los convocados a partir del lunes tendrán que responder para qué iba el espía a ese lugar, cuántas veces concurría, cuál era su trabajo. Figura entre los citados Adalberto Ontiveros, quien revistó como secretario privado de la jefatura de la fuerza y además es primo de uno de los “hombres fuertes” que iba a tener la Metropolitana, Roberto Ontiveros.

Y lo mismo en Educación, donde hasta ahora no se pudo probar que Ciro James hiciera labor alguna. Los testimonios de los hombres de la Universidad de La Matanza han sido lapidarios en el sentido de que esa casa de altos estudios no recomendó a James. Y lo propio ocurrió con los demás funcionarios de Educación: no hay ninguno que dé explicaciones sólidas sobre por qué llegó James al ministerio ni en qué consistió su trabajo.

Los citados a partir del lunes son Alejandro Finochiaro, Melina Perco, Silvana Forte, Adalberto Ontiveros, Eduardo Orueta, Carlos Kerkovian, Oscar Alvarez y Francisco Díaz.