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Los gobiernos de la Argentina y del Uruguay reaccionaron ayer con mesura luego del acuerdo alcanzado el domingo para destrabar el monitoreo ambiental conjunto en la planta de celulosa UPM. El mandatario uruguayo José Mujica se mostró “conforme” por los avances, mientras que el canciller argentino, Héctor Timerman, advirtió que la negociación “no se trata de un partido de fútbol donde un equipo gana y otro pierde, sino que la pérdida o la ganancia es compartida”. Según pudo saber Página/12, aún resta que el acuerdo rubricado por los cancilleres sea ingresado el jueves a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) para su discusión. Aunque algunas fuentes se mostraron optimistas con que sea “un trámite”, otras estimaron que “sólo se ganó un round”, y vislumbran que podrían regresar las tironeos en torno de la implementación concreta del plan.

“Estamos convencidos de que no se trata de un partido de fútbol donde un equipo gana y otro pierde, sino que la pérdida o la ganancia, es compartida. Este caso demuestra que donde prevalecen los problemas transnacionales como el medio ambiental, las posturas nacionalistas exageradas no benefician a nadie”, sostuvo Timerman. En el mismo sentido se manifestó Mujica. “¿Cómo no voy a estar conforme? Fueron siete años” de conflicto, sostuvo el mandatario. En tanto, el canciller Luis Almagro destacó que el convenio “es esencialmente positivo” para ambos países.

Según confirmó a este diario el presidente de la delegación argentina en la CARU, Hernán Orduna, lo que el domingo se firmó fueron dos planes: uno para la desembocadura del río Gualeguaychú, y el otro para la planta de Orion (ex Botnia). Aún resta acordar un plan integral para toda la cuenca y otro para todos los establecimientos industriales y agrícolas. “Hubo sólo algunas diferencias menores en la redacción que no hacen al fondo”, aclaró Orduna en relación con las concesiones que tuvo que hacer Argentina sobre el proyecto inicial presentado el 2 de noviembre pasado, y rechazado por el Uruguay. Según el funcionario, el plan abarca mediciones continuas, mensuales y cuatrimestrales; la utilización de sensores dentro de la planta; organismos vivos que actúan como centinelas ante la contaminación; boyas integradoras y otros elementos tecnológicos que deben ser elegidos. Del mismo modo, se acordó la elección de laboratorios internacionales para el envío de muestras, aunque no de todas por su nivel de conservación.

Orduna confirmó lo anticipado en exclusiva por Página/12 acerca del informe negativo confeccionado por uno de los integrantes locales del comité científico acerca del tratamiento de efluentes que actualmente realiza la pastera. Ese documento podría darse a conocer luego de que ambas delegaciones se reúnan pasado mañana. Fuentes cercanas al comité estimaron que, a pesar de que el acuerdo se plasme efectivamente y el proceso de toma de muestras comience a corto plazo, las conclusiones del monitoreo recién estarán disponibles avanzado el 2011. “Apenas se tengan resultados se van a difundir”, prometió Orduna.

Informe: Gabriel Morini.