El gobierno del Uruguay descartó ayer que la instalación de la pastera Montes del Plata, a orillas del Río de la Plata, vaya a generar un nuevo conflicto bilateral con la Argentina, como el que se generó a partir de la construcción de la ex Botnia. En tanto, el gobierno argentino mantuvo silencio en torno del tema y no hubo pronunciamientos oficiales por parte de ningún funcionario de la gestión de Cristina Kirchner. Fuentes de la cartera de Relaciones Exteriores deslizaron que aún no fue elaborada una respuesta formal ante el anuncio pero que, desde el ministerio que comanda Héctor Timerman, ya esperaban la decisión. El fiscal uruguayo Enrique Viana anunció también que insistirá con la denuncia que presentó por un supuesto acuerdo previo entre el Estado y la multinacional en la negociación por la instalación de la pastera.

El viceministro de Medio Ambiente uruguayo, Jorge Patrone, descartó que la instalación de la nueva pastera que se anuncia como la más grande del mundo pueda generar otra controversia. El funcionario aseguró estar “tranquilo” respecto de que este nuevo proyecto no repetirá el conflicto que generó la ex Botnia, al ubicarse frente a Gualeguaychú. Señaló que su emplazamiento “ya fue de alguna manera acordado, porque es el resultado de que Uruguay trasladó lo que era una intención de implantarse en el área próxima a Botnia”, en alusión a lo que ocurrió en 2006 con la española Ence, que debió mudarse de Fray Bentos.

“Nosotros estamos tratando de hacer las cosas bien”, remarcó Patrone, tras lo que garantizó que, “desde el punto de vista ambiental, las exigencias van a ser prácticamente las mismas que si se tratara del cauce del río Uruguay, que es mucho menor a lo que es (el Río de la Plata) a esa altura”, cerca de Colonia. “En cuanto a exigencias y a indicadores vamos siempre tras lo último a nivel mundial, en eso no nos bajamos un ápice”, sostuvo el funcionario. En ese sentido, aclaró que la firma que operará bajo el nombre Celulosa y Energía Punta Pereira SA obtuvo “autorización ambiental actualizada” y que el proyecto inicial tuvo “modificaciones”, ya que “Uruguay exigió estudios complementarios” que fueron aprobados.

Por su parte, el fiscal Viana aún no recibió el pedido de informes sobre el proyecto, que solicitó para conocer el grado de injerencia que tuvo la Cancillería uruguaya en la operación. En diálogo con Página/12, aseguró que sospecha que Montes del Plata “es un emprendimiento nuevo y de mayor dimensión que el original, en el que se aprovecharon estudios iniciales de Ence y se dieron por cumplidos”. En ese sentido, apuntó que “no es casual” que el anuncio se haya hecho en época estival para “pasar desapercibido”. Además, denunció que la audiencia pública sobre el tema se realizó el 9 de diciembre, mientras que “los grupos ambientalistas recién se enteraron un día antes y apenas 20 días después ya había una conclusión”. Al anunciar que seguirá investigando el contrato acordado con el Estado, el fiscal estimó que “todo el proceso de evaluación de impacto ambiental que hizo Uruguay se transformó en una puesta en escena”.

Informe: Gabriel Morini