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La hoguera de las vanidades
Su reciente frase “ninguna mujer me dice que no” hizo cotizar su vanidad en Bolsa. Pero Felipe Solá tiene fama de ególatra desde hace tiempo en el mundo de la política y algunos, exageradamente, hablan de su afición al espejo, en particular al que tiene en el comedor de su casa. Evidentemente el consultor Artemio López es uno de los que conoce las debilidades del gobernador bonaerense. De lo contrario no lo hubiese cargado el otro día cuando, en medio de sonrisas, le dijo: “Si vos fueras Juan Ramón Jiménez, hubieses escrito: Yo y Platero”.

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Durmiendo con el enemigo
El listado era largo. Estaba el español Juan Manuel Salas Fernández, el francés Paul Dijoud, el belga Tonald De Langhe y tantos otros embajadores de la Unión Europea que se reunieron para agasajar a Carlos Menem. Pero lo curioso, o no tanto, es que allí también lució su humanidad Diego Guelar. Por si quedaban dudas de por qué Eduardo Duhalde echó a Guelar de la Embajada de Estados Unidos (en la intimidad de la Casa Rosada siempre se dijo que les hacía “los cuernos” con el menemismo), el propio ex funcionario diplomático las despejó al acompañar al ex presidente, apenas un día después de aquel encuentro, a la comida celebrada en la Organización de Estados Americanos. ¿A que no saben quién le armó a Menem parte de la agenda de su viaje a Miami?

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Con lo hierros, de madera
Aman el mismo deporte, por el golf; y el mismo país, por Estados Unidos.
Y así quedó demostrado en los últimos días: mientras Bill Clinton jugaba con el palo y la pelotita en The Diplomat, North Miami, Carlos Menem lo hacía en la cancha del Hotel Baltimore, en Coral Gables. Los separaban apenas 50 kilómetros... y unos cuantos golpes de handicap. Efectivamente, la performance era tan mala que varios amigos salieron a buscarle al “Jefe” sus propios “hierros”, como se denomina a los palos de golf, para ver si la suerte cambiaba.

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Cuando las paredes hablan
Es vox populi que el acuerdo entre Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner presenta algunos cortocircuitos “por abajo”, sobre todo en territorio bonaerense. Y así lo revelan varias pintadas del partido de Morón. Cualquier transeúnte avezado puede observar en algunas paredes de Castelar, cuando sale para el trabajo, “Solá gobernador - Oscar Alvarez intendente”, y horas después, al retornar al hogar, releer en el mismo lugar, “Kirchner presidente - Zabaleta intendente”. Mañana, cuando se encuentren en el acto de Lanús, será un buen momento para que los candidatos a presidente y gobernador se pongan de acuerdo, ¿no?

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La vida está dura
Algunos comensales se animaron a apostar. Unos arriesgaron que el tema central fueron los planes sociales. Otros, el nivel de pobreza del país, que supera el 50 por ciento. Los más osados se animaron a decir que platicaban sobre la alta desocupación. Pero ayer, Claudio Sebastiani y Alberto Tell, recordados por votar como legisladores la flexibilización laboral, hablaron tan pero tan bajito que el juego quedó sin ganador. Ah, un detalle: ambos almorzaban en Bal Harbour, Miami, en una mesa al aire libre del restaurant Elia, ubicado en el shopping preferido de Susana Giménez. Y los acompañaba el ex director de Migraciones, Hugo Franco.

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Calor de campaña
Algunos lo recuerdan por su paso como conductor del noticiero de ATC, otros por su tarea docente en la UBA, y muchos otros por su desempeño junto a Antonio Cafiero en el Congreso. Lo cierto es que ahora, desde su bloque unipersonal Justicia Social, el legislador Carlos Campolongo aspiraa ocupar la Jefatura de Gobierno porteño. Tal es su ambición que el jueves de la semana pasada fue uno de los pocos que, estoico, se quedó trabajando en su despacho, aguantando una sensación térmica superior a los 40 grados. La compensación llegó por la tarde, cuando Patricia Bullrich y Rafael Bielsa, también aspirantes a dirigir los destinos de la ciudad, lo llamaron calurosamente para interiorizarse de su proyecto.

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Tiemblan Briski, Alezzo, Lito Cruz, etc.
Elena Cruz ya no quiere saber nada de política. Después de reivindicar a Jorge Rafael Videla, cuando competía en una lista de candidatos del cavallismo, y de imaginar un futuro de la mano de Alvaro Alsogaray, decidió volver a lo que sabe. Por eso, junto a su marido Fernando Siro, Cruz –que supo calificar al ex presidente Fernando de la Rúa de “zurdo moderado” y al jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, de “zurdo con todas las letras, que apenas ganó, viajó a Cuba a saludar a Fidel”– se dedica ahora a dar clases de teatro en Cambalache de Sunny Isles, Miami. De a uno, por favor.

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Devolución de gentilezas
Los Duhalde suelen hacer allí sus retiros espirituales. En criollo: van a probar suerte con tratamientos anti-estrés, para dejar de fumar o para bajar algunos kilitos de más. Es un centro comunitario que queda en Puigari, Entre Ríos, y pertenece a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Entre sus integrantes está el pastor Andreachi, que puso su centro nutricional a disposición de Chiche. Por estos días, el religioso (un visionario sobre el futuro de la soja) está en Buenos Aires y, como no tiene dónde alojarse, el Presidente y la primera dama le retribuyeron su atención: le dieron un lugar confortable en la Residencia de Olivos.


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Hacete la América
No puede dejar de hablar maravillas de su amigo Carlos Menem, y tampoco puede dejar de emularlo. Por eso, Gerardo Sofovich viajó, al igual que el ex presidente, a la tierra prometida, Miami. Claro, el Ruso no jugó al golf, pero se divirtió de otra manera: se dedicó a comprar ropa en Saks Fifth Avenue. Dicen que rompió el chanchito, pero si gastó 7 mil dólares –como las malas lenguas se preocuparon en echar a rodar– más bien tuvo que sacrificar a varios integrantes del chiquero.

* Colaboraron
Dr. Guenio-pedi (desde Miami) y Adriana Meyer.