EL PAíS › UNA ENCUESTA DETERMINA LA ACEPTACION DE LOS PIQUETEROS

La verdadera imagen de los piquetes

No es perfecta, pero mejora. Una mayoría confía en sus motivos, aunque no en sus dirigentes. Pesimismo sobre los logros.

 Por Laura Vales

El 44 por ciento de los argentinos está de acuerdo o muy de acuerdo con los objetivos y motivaciones de los piqueteros, aunque desconfía de sus dirigentes, sobre los que opina que “no tienen buenas intenciones”. Sólo un 3 por ciento vincula el crecimiento de las organizaciones de desocupados a la aparición de referentes sociales nuevos. Así se desprende de una encuesta realizada a nivel nacional sobre la evaluación pública del movimiento. Sus conclusiones señalan que los piqueteros conservan similares índices de apoyo que en julio del 2001, época de las primeras marchas masivas desde el conurbano a la Plaza de Mayo.
El trabajo registró un mayor respaldo a los reclamos que a los métodos de protesta utilizados por los piqueteros: si bien 44 de cada cien consultados dijo compartir las razones del conflicto social, la gran mayoría, el 72,6 por ciento, está “nada” o “poco de acuerdo” con los cortes de ruta.
El dato novedoso, de todas maneras, no es el rechazo a los piquetes, sino que la sociedad ha ido modificando su postura en el último año y medio, desde una descalificación casi total hasta una progresiva comprensión de las medidas de acción directa. Dos datos grafican esta tendencia: mientras que en julio del 2001 apenas 9 de cada cien personas estaba “de acuerdo” con los cortes de ruta, actualmente el porcentaje se triplicó y el 27 por ciento los apoya. Simultáneamente, la postura más crítica (la de los que dicen estar “nada de acuerdo” con las interrupciones del tránsito) disminuyó de un 76 a un 52 por ciento. El sondeo fue realizado por la consultora Ibope/OPSM que dirige Enrique Zuleta Puceiro entre el 27 y el 31 de enero, en base a un muestreo de 1100 personas mayores de 18 años residentes en 65 ciudades del país. Los encuestadores emplearon la regionalización sugerida por el INDEC, que respeta las proporciones por zonas geográficas y clases sociales.
Junto con una mayor tolerancia ante los piquetes, la encuesta registra otros cambios de opinión. La principal es que mucha más gente percibe que detrás de las organizaciones piqueteras hay partidos políticos, un dato que se corresponde con la realidad, ya que el período analizado (que abarca los últimos 18 meses) las líneas piqueteras de los partidos de izquierda tuvieron un fuerte crecimiento. Así, la categoría “motivaciones y propósitos políticos” como razón principal para los cortes de accesos y marchas creció de 0,8 a 27,6 por ciento. En el mismo sentido, también aumentó el conjunto de los que piensan que el avance de los desocupados se debe “a la presencia de grupos activistas”.
“¿Qué tipo de activismo está presente detrás de la acción de los piqueteros?”, repreguntó IBOPE a estos últimos. La mitad opinó que a partidos políticos tradicionales, mientras que 19 de cada 100 dijeron que grupos sindicales y doce mencionaron a grupos de izquierda. En contraste, los que ven “dirigentes sociales nuevos” (que no respondan a partidos ni a centrales sindicales) como motores de las organizaciones son muy pocos: el 3,3 por ciento.
En lo que se refiere a las líderes piqueteros, hay una desconfianza extendida: el 45,2 por ciento cree que los dirigentes “no tienen buenas intenciones”. Por la respuesta “sí tienen buenas intenciones” optó menos de la cuarta parte de los consultados (el 21 por ciento), mientras que un 16,6 dijo que “más o menos” y el 17,2 no contestó o manifestó no saberlo. Finalmente, la consultora inquirió “si este tipo de protestas implica riesgos para el sistema democrático” y encontró un resultado sorprendente, ya que el 42 por ciento opinó que sí y otro 16,3 que “a veces, sí”.
Página/12 trasladó las conclusiones de este trabajo a las organizaciones de desocupados y pidió una opinión sobre la desconfianza ante los dirigentes. Jorge Ceballos, de Barrios de Pie (CTA), la vinculó a “experiencias frustradas de la sociedad en otros terrenos como el político o sindical” y calificó “positivo que la gente tenga la guardia levantada”.Néstor Pitrola, del Polo Obrero (Partido Obrero), también atribuyó la mala imagen a “la crisis de los partidos del sistema” y descargó culpas sobre sus adversarios en la interna piquetera: “la encuesta debería diferenciar a las direcciones que negocian con el gobierno, como la Corriente Clasista y Combativa o la CTA”, sostuvo.
En el MTD de Solano, Andrés Fernández apuntó que “la desconfianza se expresa no sólo en las encuestas sino en el interior de las mismas organizaciones piqueteras. Nosotros vemos que aparece fuertemente contra los dirigentes que vienen de experiencias anteriores, como la CTA, la CCC o el Polo Obrero, pero también la sentimos hacia nosotros, ya que dentro de nuestra organización, aunque planteamos formas organizativas horizontales y autónomas, hay compañeros que dudan y se preguntan si detrás nuestro no habrá algún grupo tomando las decisiones”.
Sobre el 42 por ciento que cree que los piquetes amenazan el sistema democrático, Ceballos señaló que existe una búsqueda de construir espacios de democracia participativa frente a los vacíos de la democracia formal. Y consideró que puede “existir en la sociedad la evaluación de que el establishment no va a respetar la legalidad frente al reclamo de cambio social”. Pitrola agregó, que las organizaciones piqueteras “desafían al régimen político y en ese aspecto hacen un aporte a la democracia”.
La encuesta de IBOPE registró muy pocos ítems con acuerdo absoluto. El más nítido fue ante la pregunta de “si las protestas piqueteras consiguen el objetivo que buscan”, ante lo que el 74,6 de los consultados dijo no.

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Los piqueteros conservan el apoyo que tuvieron en julio de 2001, cuando apareció el fenómeno.
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