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Bajo el lema “Política y poder de la opción por los pobres” y reclamando que “hagamos posible otro país” se inició ayer la décimo octava edición del “Seminario de formación teológica”, una actividad que cada febrero reúne en distintos lugares de país a centenares de cristianos (laicos, ministros y sacerdotes, religiosos y religiosas) de diferentes iglesias y comprometidos en una perspectiva de opción por los pobres. Según lo establecen los propios organizadores al seminario están convocadas “personas comprometidas en organizaciones populares, sociales, políticas, eclesiales, desde la opción por los pobres”. El encuentro se ha caracterizado cada vez más por su apertura ecuménica, reuniendo a todos los cristianos que “creemos en el Dios de la Vida, que compartimos la Biblia, que buscamos defender la vida y hacerla crecer desde la organización y el protagonismo de los pobres”.
El Seminario de Formación Teológica (SFT) se ha instalado como un lugar de referencia entre las corrientes cristianas progresistas del país, como instancia de reflexión, diálogo y articulación. El SFT se define como “una experiencia eclesial con protagonismo laical”, un espacio de “formación”, de “encuentro y articulación de experiencias, donde se comparten esperanzas, preocupaciones y compromisos”.
El encuentro, del que este año será anfitrión el nuevo obispo católico neuquino Marcelo Melani, reúne a participantes de todo el país y de todas las edades e invitados extranjeros, todos ellos con experiencias muy distintas, y se realizan charlas, debates, trabajo en grupos, exposición de materiales y producciones, así como actividades litúrgicas y religioso-culturales. El número de los participantes ha variado según las ediciones, pero en el momento pico de la semana podrían llegar a superar el millar de personas. El lugar central de las deliberaciones es el colegio Don Bosco, de la ciudad de Neuquén.
El propósito de los organizadores es que el SFT permita una reflexión sobre “nuestras experiencias comunitarias, sociales, políticas y pastorales, particularmente las expresiones más recientes y dinámicas de organización popular: asambleas vecinales, movimientos barriales y desocupados, fábricas recuperadas, etc.”. La propuesta apunta a mirar esas situaciones “en clave de construcción de poder”, para construir “propuestas alternativas” con “un horizonte de justicia” y para “dinamizar nuestras capacidades como pueblo”. Todo ello, señalan, apunta a “hacer posible otro país”.
Las reuniones se realizan a través de los denominados “ámbitos”, grupos de temáticos de interés. Los ámbitos señalados para esta ocasión son, entre otros, adicciones, arte, campesinos, cárcel, microemprendimientos/cooperativismo, derechos humanos, ecología, aborígenes, educación popular, jóvenes, mujer, niños, organizaciones populares, política, salud, sexualidad, tierra/vivienda, trabajo y desocupación, y violencia familiar. El encuentro finalizará el próximo sábado 8 de febrero.
Por otra parte, en Buenos Aires la llamada “Mesa del Hambre” del Diálogo Argentino hizo un llamado pidiendo una “política de Estado” que “asegure la accesibilidad física y económica para que todas las familias obtengan los alimentos básicos”, entendiendo que “los comedores comunitarios, el enorme esfuerzo de las organizaciones civiles y los programas alimentarios, se han visto desbordados por el creciente número de hogares que disminuyeron o perdieron sus ingresos”. Por esta misma razón el Diálogo Argentino, del que participan católicos, protestantes y judíos, pide “aumentar los ingresos de los hogares mediante una Asignación Familiar Universal que garantice el acceso a la canasta básica dealimentos, escalable según número de hijos menores de 18 años, por adulto mayor de 65 años sin cobertura social y mujeres embarazadas”.