EL PAíS › LAS ELECCIONES EN LA CIUDAD
La duda por el vice
Ibarra tiene que elegir compañero de fórmula, parte de su cuidadoso armado de un espacio progresista que lo siga. Aquí, los candidatos y lo que cada uno puede aportar a la estrategia.
Por Santiago Rodríguez
“La omnipotencia de tener todo lo que uno quiere se termina a los cinco años”, decía hace unos días un renombrado dirigente porteño a propósito de la situación política de Aníbal Ibarra. Y nadie sabe mejor que el propio jefe de Gobierno cuánto de cierto hay en esa afirmación. Ibarra quiere llegar a las elecciones en la ciudad que convocó para el 8 de junio como candidato que reúna a todas las expresiones del progresismo. Hasta ahora Ibarra no consiguió encolumnar a quienes le gustaría y lo único que en verdad tiene es un menú de opciones y posibles compañeros de fórmula que tampoco le dan la plena seguridad de lograrlo.
En la Jefatura de Gobierno porteño siguen creyendo, y más aún después de la decisión de Daniel Scioli de disputar la vicepresidencia de la mano de Néstor Kirchner, que la pelea en la ciudad será con Mauricio Macri. Para enfrentarlo, Ibarra quiere tener básicamente al socialismo, al ARI, a los radicales que continúan acompañándolo en su gestión, a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y a ciertos sectores del peronismo.
Entre los peronistas que Ibarra considera que podrían sumarse al espacio que se propone liderar, señala a los que respaldan a Kirchner en el distrito, que ya le dieron indicios de estar dispuestos a resignar la candidatura de Rafael Bielsa para la Jefatura de Gobierno. También tiene en cuenta a la legisladora Juliana Marino, que lo respaldó ya en el 2000. Los demás no entran en sus planes y tampoco supone que el santacruceño se pronuncie a favor de su candidatura si llega a la presidencia.
El esquema que Ibarra y los suyos manejan como más probable a esta altura no es la formación una coalición electoral. “Es posible consensuar un acuerdo programático que permita a cada uno preservar su propia identidad política y asegurarse una representación parlamentaria”, destacó a Página/12 el secretario de Descentralización porteño, Ariel Schifrin, que consideró que desde ahí se puede “recomponer el centroizquierda tomando la actual gestión como piso de otra superadora y de una nueva política”.
En otras palabras, esto sería que cada partido que adhiera al acuerdo vaya con boletas separadas con el común denominador de la fórmula para la jefatura. Los principales colaboradores de Ibarra coinciden con este esquema, salvo los que creen que lo más acertado sería que el Frente Grande confluyera con los socialistas en una única lista. A la hora de tomar definiciones políticas Ibarra escucha, además de a Schifrin, a otros allegados como su hermana Vilma, el jefe de Gabinete Raúl Fernández y la legisladora Laura Moresi.
Ibarra sabe que la elección de candidato a vicejefe de Gobierno es clave para cualquier acuerdo. Viene repitiendo que la fórmula debe expresar una síntesis del espacio a construir. En carpeta tiene varios nombres y junto a sus asesores ya ha hecho un análisis de lo que cada uno podría aportar:
u Jorge Telerman: El secretario de Cultura porteño se lanzó al ruedo con el guiño del propio Ibarra y es de los que más chances tiene de ser finalmente su compañero de fórmula. Aparte de que su gestión está bien catalogada, su candidatura sería atractiva para el peronismo que Ibarra quiere tener consigo y tampoco caería mal entre los duhaldistas. La contra que algunos le encuentran es que se lo identifica demasiado con Eduardo Duhalde, de quien fue vocero de su campaña presidencial en 1999.
u Daniel Filmus: Puestos a buscar a un peronista, quienes tienen reparos con Telerman apuntan al secretario de Educación. Si bien reconocen que sumaría menos votos peronistas, le ven un perfil más sólido de gestión. Filmus asegura que no es candidato y que nadie le ofreció serlo.
u Roberto Feletti: Es otro de los que anunció que está en carrera con el visto bueno de Ibarra y también tiene buenas posibilidades. El fuerte que todos le ven es la gestión que viene desarrollando como titular del Banco Ciudad. A su favor tiene, además, su buen vínculo con la CTA –su carrera política empezó como delegado de ATE en el Banco Central– y que podría,incluso, ser aceptado por el ARI si es que Elisa Carrió finalmente accede a concretar algo con Ibarra.
u Norberto La Porta: Es el candidato a jefe de Gobierno del socialismo y con los demás socialistas porteños jura que por nada del mundo resignará su postulación para cerrar un trato con Ibarra, pero en la Jefatura de Gobierno hacen otro análisis. Dicen que Ibarra trabó una excelente relación con Hermes Binner y lo está apoyando en su campaña y que llegado el momento el rosarino va a convencer a los suyos de llegar a un acuerdo a cambio de mayor apoyo en su pelea por la gobernación de Santa Fe contra el peronista Jorge Obeid. Tanto es así que creen que podrían terminar juntos aún sin darles la vicejefatura de Gobierno, sino colocando a La Porta en el primer lugar de la lista de candidatos a legisladores porteños.
u Cristian Caram: Los mismos radicales dicen, y en la Jefatura de Gobierno no los desmienten, “que para Ibarra somos la última opción pero los únicos que hoy cerraríamos un acuerdo”. El vicepresidente primero de la Legislatura relanzó esta semana su precandidatura a jefe de Gobierno. Entre los legisladores radicales se habló, incluso, de quitarle apoyo parlamentario a Ibarra y retirar a los funcionarios que ese partido tiene en el Ejecutivo, si no les aseguran el segundo lugar en la fórmula. Los hombres de Ibarra no pierden la calma porque sostienen que no todos los radicales están tan enojados y creen estar en condiciones de retenerlos si le ofrecen, por ejemplo, a la secretaria de Promoción Social, Gabriela González Gass, encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales.
Entre todas estas opciones, Ibarra se inclina hoy por llevar a Telerman o Feletti con él, a La Porta de cabeza de la boleta de legisladores y a González Gass como primera candidata a diputada. Considera que así puede conseguir unir a todo el espacio progresista detrás de su candidatura. Habrá que ver si finalmente es eso lo que tiene.