“Un país de paz, pero también con desarrollo científico y tecnológico.” Anoche, durante la cena anual de camaradería de las Fuerzas Armadas, que compartió con buena parte de su gabinete, las cúpulas de las tres armas y más de un centenar de efectivos militares, la presidenta Cristina Fernández volvió a insistir en cuál es el rol que deben cumplir las Fuerzas Armadas en democracia, vinculadas con la industria de punta. Esta vez flanqueada por el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, la Presidenta reiteró el eje argumental del año pasado, cuando la acompañara en esa cartera Nilda Garré. “Pretendo un país que no tenga que renunciar a su desarrollo en cosas que le imponen desde afuera” y con “las instituciones armadas para siempre vinculadas a la democracia, para que volvamos a ser ejemplo del desarrollo científico y militar que alguna vez tuvo nuestro país”, agregó. Los uniformados se quedaron expectantes por las versiones de una recomposición salarial.

La Presidenta también volvió a hacer referencia al conflicto con Malvinas y a señalar al gobierno inglés por las acusaciones que vierten sobre el argentino para justificar un aumento en la presencia militar en las islas del Atlántico Sur. “Queremos desactivar por ridículas afirmaciones de una potencia colonial que sigue ocupando territorio argentino acerca de que somos un país preparado para el ataque –indicó–. Si algo ha caracterizado a la Argentina desde el advenimiento de la democracia y también a lo largo de su historia ha sido la de carecer de hipótesis de conflicto.”

En la cena, que se llevó a cabo en el Salón de Honor José de San Martín del Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa, estuvieron Puricelli y su predecesora Garré. También los ministros Florencio Randazzo (Interior), Héctor Timerman (Relaciones Exteriores), Débora Giorgi (Industria), Julio De Vido (Planificación), Amado Boudou (Economía, y candidato a vicepresidente en octubre) y Aníbal Fernández (jefe de Gabinete) y los secretarios Carlos Zannini (Legal y Técnica) y Oscar Parrilli (General). Los jefes del Ejército, Luis Alberto Pozzi; la Armada, Jorge Godoy; la Fuerza Aérea, Normando Constantino, al igual que el titular del Estado Mayor Conjunto, Jorge Chevalier, encabezaron la comitiva militar.

“Argentina reafirma que es un país de paz, pero también profundamente comprometido con el desarrollo científico y tecnológico”, insistió la Presidenta al hablar sobre la necesidad de “incorporar en un rol muy activo a las Fuerzas Armadas en materia tecnológica. En ese sentido, mencionó el proyecto para utilizar laboratorios militares para la producción de medicamentos y también un acuerdo para desarrollar conocimientos informáticos en el área de aviones no tripulados.

Al respecto, destacó la importancia de desarrollar un sistema de defensa propio, ya que “los países que nos vendieron armamento jamás transfirieron tecnología”, lo que implica no sólo renunciar a la soberanía, sino que impacta negativamente en todo lo que hace a nuestra balanza comercial porque terminamos sacando divisas del país” para reforzar la defensa.

Los avances en la materia que está realizando la Argentina, aseguró la Presidenta, pusieron a la Argentina en el rol de un “actor fundamental en la región para este tipo de emprendimientos”, al igual que en cuanto a desarrollo nuclear. “Vamos a seguir apostando fuertemente a la profundización de este modelo y volver a ser ejemplo de desarrollo”, prometió Cristina, al recordar la inauguración de Tecnópolis, “el polo de desarrollo científico y tecnológico más importante de la región”.

Las palabras de la Presidenta fueron precedidas por un video de tres minutos sobre el lanzamiento que se realizó ayer del cohete Gradicom II desde la Base Aérea de Chamical, La Rioja. “Recién miraba lo que considero como presente y futuro de nuestras Fuerzas Armadas”, destacó al revalorizar el papel científico-tecnológico de la industria para la defensa.