Lunes, 25 de julio de 2011 | Hoy
EL PAíS › EL SOCIALISMO RETUVO SANTA FE POR TRES PUNTOS DE DIFERENCIA SOBRE DEL SEL, LA SORPRESA DE LA ELECCIóN
El Frente Progresista Cívico y Social se impuso en Santa Fe con el 38,5 por ciento de los votos. Fue con susto, porque durante buena parte del escrutinio fue al frente Del Sel. Rossi se adjudicó la responsabilidad por el tercer puesto.
Por Nicolás Lantos
Desde Rosario
Con sufrimiento, el favorito Antonio Bonfatti superaba anoche de forma exigua al candidato del PRO, Miguel Del Sel, y conseguía que el socialismo mantuviera la gobernación de Santa Fe. Como un campeón de boxeo que sube al ring esperando noquear temprano y termina imponiéndose en las tarjetas, el actual ministro de Gobierno de la provincia tuvo un trámite más complicado de lo esperado y sólo cerca de la medianoche, cuando ya se pisaba el 60 por ciento de las mesas escrutadas, pudo pasar por primera vez al frente del conteo, que hasta entonces había punteado el sorprendente Del Sel. El candidato kirchnerista, Agustín Rossi, quedó relegado al tercer lugar, rondando el 22 por ciento de los votos. “Vamos a seguir transformando Santa Fe como nos propusimos desde hace tiempo”, sostuvo Bonfatti en el festejo.
Recién al cierre de esta edición, poco después de medianoche, el socialismo podía respirar tranquilo porque lograba superar los dos puntos de ventaja. Luego, ya con casi el 99 por ciento de las mesas escrutadas, la fórmula del Frente Progresista Cívico y Social, Antonio Bonfatti y Jorge Henn, obtenía el 38,55 por ciento de los votos, seguidos por la de Unión PRO Federal, Miguel Del Sel-Osvaldo Salomón, con 35,30. El binomio del Frente Santa Fe para Todos, Agustín Rossi y Jorge Hoffman, se estabilizó desde temprano en el 22,29 por ciento. Más abajo, ninguno de los otros tres candidatos (Carlos Blanco, por el Partido Obrero; Raúl Castells por el MIJD y Carlos Yerbe por el Partido Autonomista) lograron llegar al punto porcentual. Hubo un 2,45 de votos en blanco.
“Fue una elección rara, no fue como preveíamos”, dejó caer Juan Carlos Zabalza, dirigente socialista, alrededor de las 21, cuando el Frente Progresista, Cívico y Social anunció que el escrutinio de las mesas testigo los favorecía, a pesar de que en ese momento, los datos que llegaban del escrutinio oficial todavía mostraban con ventaja al candidato del PRO. Fue un momento de tensión, cuando los rostros de los candidatos del PS y el radicalismo ya no mostraban la confianza de horas antes. Los aliados de Binner en la carrera presidencial, como su compañera de fórmula Norma Morandini, la postulante a la gobernación bonaerenses Margarita Stolbizer y los candidatos a diputados Victoria Donda, Claudio Lozano y Víctor de Gennaro, que después de las seis de la tarde se habían paseado exultantes ante las cámaras, ya no se dejaban ver con facilidad por el Patio de la Madera, donde el Frente instaló su bunker.
Sólo al filo de la medianoche, cuando Bonfatti empezaba a consolidar su corta ventaja, volvieron los cantitos y los festejos. A las 23.58 el flamante gobernador electo se encaramó a la tarima para proclamar su victoria. “El cambio está en marcha y el cambio continúa”, sentenció, refiriéndose a una misma vez a la continuidad socialista en la provincia y la candidatura presidencial de su predecesor. “Y dale alegría, alegría, a mi corazón”, cantaban los simpatizantes, citando –quizá sin querer– al rosarino Fito Páez, cuyos dichos sobre el electorado porteño sobrevolaron Rosario durante toda la tarde-noche.
Bonfatti también les hizo un guiño a sus socios provinciales, la UCR y la Coalición Cívica, cuyas diferencias en el plano nacional ponen en riesgo el futuro de la alianza en la que conviven tres precandidatos presidenciales. “Privilegiemos las cosas que nos unen y dejemos de lado las diferencias”, pidió, con ese escenario en mente, y pensando en la gobernabilidad de una provincia complicada. El final del discurso se lo dedicó a Binner, a quien le atribuyó “en gran medida” el triunfo, mientras la platea pedía a “Hermes presidente”. El gobernador le devolvió la gentileza cuando cerró la noche con un discurso de claro tinte de candidato presidencial, al asegurar que “seguir gobernando la provincia un gobierno profundamente moral”.
Miguel Del Sel comenzó la campaña pensando en un lejano tercer lugar, llegó a la última semana peleando el segundo y durante buena parte de la noche de ayer se pensó que podría ser el ganador. Aunque durante su campaña se vendió como un personaje ajeno a la política, las figuras que aparecieron por el bunker durante la tarde noche de ayer, que habían permanecido ocultas las semanas previas, dejaron en evidencia el lugar que busca ocupar.
Una presencia que sorprendió fue la de Javier González Fraga, demostrando que a pesar de ser candidato a vicepresidente de la UCR su corazoncito está con Eduardo Duhalde, quien por la tarde se adjudicaba la buena labor del candidato del PRO como propia. También asomó la cabeza el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, además de buena parte del staff porteño del macrismo, incluyendo al protagónico jefe de Gobierno y buena parte de su gabinete.
“Espero que cumplan con todo lo que han prometido”, pidió Del Sel cuando reconoció su derrota. Un rato antes, cuando todavía encabezaba los sondeos, había manifestado su fe en poder ganar y se defendió de las críticas por su poca experiencia. “Soy principiante en la política. Algunos decían que no tengo experiencia, es lógico que no tenga experiencia si recién empiezo”, sostuvo, antes de sentenciar: “Nosotros ganamos porque no prometimos nada”. En su entorno ya venden acciones de la boleta que lo llevaría en 2013 al Congreso de la Nación.
“Que los políticos se acuerden de la gente”, arengó al final de su acto, en plena madrugada, luego de cantar a capella su jingle de campaña y agradecer uno por uno a sus colaboradores. Para terminar, algo extemporáneo, levantó el brazo de Macri, que estaba a su lado, y pidió a la gente que coree “presente, presente, Mauricio presidente”, aunque el jefe de Gobierno porteño está anotado para la carrera presidencial pero la del 2015.
“Si hay un responsable, somos los candidatos”, sostuvo en su discurso Agustín Rossi, tratando de absorber el daño por una derrota más dura de lo esperado. Lo hizo pensando en la campaña presidencial de Cristina Kirchner y además en mantener alineada la tropa justicialista, ante el crecimiento de Del Sel.
En el comando de Rossi las cosas estuvieron calmas desde temprano, presagiando el resultado final. A medida que aparecían los primeros datos oficiales y la noticias informales de todos los puntos de la provincia, los pocos dirigentes que se dejaban ver admitían la derrota. “Nosotros dejamos todo. Fueron cinco meses de trabajo durísimo. Después la gente elige. De eso se trata la política”, dejó caer uno, sin esconder su desilusión, no tanto por la derrota, que estaba en los planes, sino por la llamativa performance del candidato del PRO. “Es una señal de alerta para nosotros pero también para los socialistas”, señaló.
El ruido lo pusieron varios cientos de militantes de la juventud que coparon el salón de actos del Hotel Arniston, con banderas de la JP Evita, Descamisados, La Cámpora y la Martín Fierro, y que sólo dejaron el lugar después de la medianoche, una vez que la derrota ya era un hecho, al grito de “no nos vamos nada, que nos echen a patadas”.
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