EL PAíS
Donde hubo algo de fuego, un poco de cenizas quedan
Los hombres de confianza de Ibarra exploran con los de Carrió la posibilidad de unir fuerzas en la Capital para enfrentar a la candidatura de Macri. Primeras reuniones.
Por Santiago Rodríguez y Felipe Yapur
La verdad es que en la jefatura de Gobierno porteño nunca perdieron la esperanza, pero hoy en día son mucho más optimistas en cuanto a la posibilidad de llegar a un acuerdo con Elisa Carrió de lo que eran hace apenas unas semanas atrás. A fuerza de adelantar las elecciones para el próximo 8 de junio, Aníbal Ibarra consiguió abrir un canal de diálogo con el ARI y, al menos, la alternativa de formar algún tipo de sociedad en la ciudad es ahora motivo de conversación en uno y otro lado. De hecho, el tema figura en la agenda de la mesa “Carrió Presidente”, un espacio que la chaqueña comparte con sus dirigentes más allegados y en el que se define la estrategia de su campaña presidencial.
Ibarra y Carrió no han hablado personalmente de juntar sus fuerzas de cara a las elecciones porteñas. Por el momento, ambos dejan que las conversaciones corran por cuenta de sus respectivos colaboradores. Y lo que dicen los negociadores es que recién están “explorando” los términos en que se podría llegar a un acuerdo.
Las conversaciones quedaron establecidas a partir de la decisión de Ibarra de apresurar el cronograma electoral porteño. La jugada del Jefe de Gobierno obligó al ARI –como al resto de los partidos– a empezar a definir una estrategia en el distrito porque el plazo para la inscripción de alianzas vence a principios del mes próximo.
En la versión porteña del partido de Carrió las opiniones están divididas entre quienes se inclinan por tratar de establecer algún tipo de alianza y aquellos que sostienen que es necesario preservar la identidad partidaria y, por lo tanto, presentarse a elecciones con candidatos propios.
Entre estos últimos, aparece Eduardo Jozami, el único dirigente del ARI anotado hasta ahora en la carrera por la jefatura de gobierno. Enfrentados a Jozami desde los días en que todos estaban en el Frente Grande, hoy no cierran las puertas a un eventual acuerdo dirigentes como Fernando Melillo o Irma Parentella, quienes históricamente respondieron a Carlos “Chacho” Alvarez.
Como las internas ya están a la orden del día, Carrió tomó una decisión drástica: sacó el tema de las manos de los dirigentes del ARI porteño y lo dejó a cargo del bonaerense Rafael “Balito” Romá. Lo que la chaqueña no quiere es que pase lo mismo que ocurrió en Buenos Aires, donde la negociación por la integración de las listas de diputados terminó con el papelón de la renuncia de Mario Cafiero a su postulación a gobernador horas antes del vencimiento del plazo para anotar las candidaturas.
Otro de los dirigentes que Carrió puso a trabajar en el tema es Dante Gullo. Las conversaciones que Gullo y Romá mantienen con la gente de Ibarra son tratadas directamente en la mesa “Carrió Presidente”, que ambos integran junto a José Vitar, Graciela Ocaña y Elsa Quirós.
Una de esas conversaciones tuvo lugar a mediados de la semana pasada durante un almuerzo que Romá compartió con el secretario de Descentralización de la Ciudad y candidato a diputado, Ariel Schifrin. Ambos se conocían del momento en que Ibarra y Carrió promovieron junto a Néstor Kirchner el frustrado frente para impulsar la caducidad de todos los mandatos.
En esa charla Schifrin planteó la necesidad de articular al espacio progresista detrás de la candidatura de Ibarra para enfrentar al empresario Mauricio Macri y después se analizaron diversas variantes. Una posibilidad de la que se habló fue que cada partido presentara sus propias listas legislativas con Ibarra y un vice a discutir como fórmula para la jefatura de Gobierno. Ambos acordaron mantenerse en contacto.
Otro hombre de Ibarra que busca acercar posiciones con el ARI es el jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández. En su caso, se reunió con Melillo y los términos en los que charlaron fueron más o menos similares. Desde una posición distinta, también el legislador Daniel Bravo interviene en las conversaciones. Bravo es radical, pero ya anunció que las próximas elecciones no lo encontrarán en las filas de su partido, y de hecho esta misma semana estuvo en el acto que Carrió protagonizó en Rosario. Su relación con Ibarra es tan buena como la que forjó con la chaqueña por intermedio de su padre Alfredo.
Si bien en el ARI se allanaron a las conversaciones porque analizan que no cuentan con figuras de peso para romper la polarización planteada entre Ibarra y Macri, aclaran que hay otros escenarios posibles que no descartan. Por caso, el partido de Carrió fue invitado por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) a participar de un encuentro para explorar la posibilidad de armar una suerte de frente para reclamarle a Ibarra que postergue las elecciones.